
Ante las recientes declaraciones de la Asociación de Municipios de La Araucanía (AMRA) sobre el rechazo al proyecto WTE, la Multigremial de La Araucanía respondió señalando que dichas afirmaciones les parecen equivocadas, y que no corresponden a la evaluación ambiental de la iniciativa.
En este contexto, Patricio Santibáñez, presidente de la Multigremial, aclaró diversos aspectos técnicos para desmentir la información errónea que circula en internet.
Mitos y realidades sobre WTE Araucanía
Uno de los principales mitos es que la WTE sería altamente contaminante. Sin embargo, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) determinó que sus emisiones están muy por debajo de los límites establecidos por normativas nacionales e internacionales. “El proyecto no representa un riesgo ambiental ni sanitario y ha sido evaluado con los más altos estándares técnicos”, afirmó Santibáñez.
Otro de los cuestionamientos recurrentes es la supuesta contaminación por dioxinas y furanos. No obstante, los datos científicos refutan estas acusaciones: la emisión de dioxinas del proyecto representa solo el 0,14% del límite permitido en un día y el 0,00035% en un año.
Para ponerlo en perspectiva, según los datos que entregó WTE al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental, un cigarro en una habitación cerrada libera más dioxinas que WTE en un mes de operación. Una vivienda que usa leña para calefacción emite cuatro veces más dioxinas que WTE en un año, y un incendio en un vertedero libera en un solo año más dioxinas que 400 años de operación de 77 centros WTE.
Las cifras demuestran que las emisiones del proyecto son insignificantes y que las críticas en su contra carecen de sustento técnico. “Instamos a las autoridades a no dejarse influenciar por información falsa”, enfatizó.
WTE Araucanía cumple con los más altos estándares ambientales
El proyecto no solo cumple con la normativa chilena, sino que ha adoptado voluntariamente los exigentes estándares europeos de emisiones, que son hasta 10 veces más estrictos. “Comparar WTE con incineradoras obsoletas es una falacia”, señaló el presidente de la Multigremial.
Además, WTE cuenta con tecnología de filtrado y control de emisiones de última generación, minimizando su impacto ambiental.
Reciclaje y compostaje: importantes, pero insuficientes
Si bien el reciclaje y el compostaje son fundamentales, no son suficientes para abordar la crisis de residuos en La Araucanía.
Actualmente, la región genera 333.872 toneladas de basura al año, y los programas de reciclaje apenas podrán gestionar menos del 20% en el futuro. Incluso en Europa, donde el reciclaje está mucho más avanzado, no se ha logrado superar el 50%.
“La planta de compostaje más grande del sur de Chile es 50 veces más pequeña que la capacidad de WTE Araucanía”, puntualizó Santibáñez.
Los países con mayores tasas de reciclaje, como Alemania, Suecia y Dinamarca, han integrado WTE en su estrategia para eliminar vertederos y aprovechar la energía de los residuos no reciclables.
“WTE no compite con el reciclaje, lo complementa. Japón, por ejemplo, trata el 60% de su basura con dicha tecnología y es líder en eficiencia energética”, agregó.
AMRA bloquea inversión, empleo y progreso para La Araucanía
WTE Araucanía representa la inversión más importante en Lautaro en los últimos 25 años:
- Inversión de cerca de 80 millones de dólares
- Más de 300 empleos directos en construcción y operación
- Energía limpia para 100.000 hogares
- Reducción del uso de leña contaminante para más de 2.000 familias
“En un contexto de crisis económica y desempleo en la región, oponerse a un proyecto de esta magnitud sin fundamentos técnicos es irresponsable. Peor aún, legitimar a grupos que han convertido el rechazo ambiental en un negocio”, afirmó Santibáñez.
Llamado a un debate basado en ciencia, no en desinformación
“La crisis de la basura en La Araucanía no se resolverá con discursos emocionales ni con desinformación”, advirtió Santibáñez.
Por ello, la Multigremial exige, un debate con expertos en energía, residuos y medioambiente para garantizar una discusión basada en evidencia. Que la conversación se fundamente en datos científicos y no en mitos, y soluciones reales y viables para la crisis de residuos, en lugar de perpetuar vertederos colapsados.
“El rechazo a WTE no solo carece de base técnica, sino que condena a la región a un modelo de gestión de residuos contaminante, costoso y sin futuro. Basta de alimentar el miedo con desinformación. Es hora de decidir con visión y responsabilidad. Actualmente, el mayor costo lo pagan las personas de la región, ya que todos los días se realiza un transporte de residuos de más de 100 kilómetros, un gasto que recae en los vecinos y ciudadanos. Es deber de las autoridades buscar alternativas más económicas, especialmente en una región con altos índices de pobreza, no se puede permitir tal derroche de recursos”, concluyó.

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