Más de 60 niñas, niños y adolescentes participaron de una emotiva celebración navideña en la Casa de Cumpleaños, organizada por el Programa de Familias de Acogida Especializada FAE Temuco, gracias a la articulación entre instituciones públicas, empresas privadas y la comunidad, en una jornada que fortaleció vínculos y dejó huellas emocionales significativas.
Con risas que se escucharon más fuerte que cualquier dificultad y con regalos cargados de intención y cuidado, el Programa de Familias de Acogida Especializada (FAE) Temuco celebró una emotiva jornada navideña en una Casa de Cumpleaños, dedicada a niñas, niños y adolescentes que forman parte del programa. La actividad fue posible gracias al compromiso de funcionarias y funcionarios de diversas instituciones públicas, empresas privadas y organizaciones de la comunidad, quienes decidieron involucrarse activamente en una celebración que tuvo como eje central el bienestar emocional de la niñez.
La jornada reunió a más de 60 niñas, niños y adolescentes, junto a sus familias de acogida, en un espacio pensado para el juego, el encuentro y la contención afectiva. Juegos inflables, dulces, comida y regalos cuidadosamente preparados dieron forma a una experiencia que buscó ofrecer algo más que entretención: un recuerdo positivo, reparador y significativo.
Esta celebración fue fruto de una articulación público-privada sostenida en el tiempo, donde funcionarias y funcionarios de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), Carabineros de Chile, Fiscalía, SEREMI de Salud, SEREMI del Deporte, Salud Araucanía Sur y asociados del gimnasio Olimpo Sport quienes realizaron las donaciones a título personal y apoyaron en sus redes sociales, se sumaron como colaboradores directos. A ellos se agregaron los aportes de empresas como Espol y DHL Supply, quienes demostrando que la responsabilidad social también se ejerce desde lo cotidiano y lo cercano.
“Esta jornada nos llena de felicidad y profunda satisfacción, porque no se trata solo de una fiesta, sino de una experiencia que impacta directamente en la autoestima y el bienestar emocional de nuestras niñas, niños y adolescentes; cada regalo, cada gesto, fue una señal clara de que hay una comunidad atenta, dispuesta a cuidar y a acompañar sus procesos”. señaló la directora del FAE Temuco, Luisa Paredes. “
El traslado de los participantes desde las dependencias del programa hasta la Casa de Cumpleaños fue posible gracias al apoyo del FOSIS, que colaboró con dos taxibuses, facilitando la logística y asegurando una participación amplia y segura.
FAE Temuco es un programa ejecutado por Fundación Mi Casa, y desarrolla su labor gracias a los recursos que llegan a través del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, lo que permitió materializar esta celebración navideña en un espacio especialmente diseñado para la recreación y el encuentro. Esta alianza institucional es clave para generar intervenciones que trascienden lo técnico y se instalan también en el ámbito de lo emocional y lo vincular.
“Como programa, tenemos la convicción de que la protección no se limita a cubrir necesidades básicas. También implica generar experiencias positivas que les permitan a los niños y niñas sentirse valorados, vistos y queridos”, agregó Paredes. “Agradecemos profundamente a Fundación Mi Casa, al Servicio de Protección y a cada institución y funcionario que se involucró, porque este trabajo conjunto demuestra que cuando el Estado, las organizaciones y la comunidad se articulan, el impacto en la vida de los niños es real y profundo”.
La actividad navideña se ha consolidado como una instancia significativa para el FAE Temuco, no solo por la alegría que genera, sino porque refuerza el sentido de comunidad y corresponsabilidad en la protección de la infancia. Para muchas niñas y niños, esta jornada se transforma en un recuerdo luminoso, en una pausa de bienestar dentro de procesos de vida complejos.
Con iniciativas como esta, el Programa de Familias de Acogida Especializada FAE Temuco reafirma su compromiso con una intervención integral, humana y respetuosa, donde la protección también se expresa en la capacidad de celebrar, compartir y construir esperanza junto a otros.
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