Este año creceremos 1,6 por ciento. La cifra anterior nos ubica como el decimotercer país en ritmo de crecimiento de los 20 países de Latinoamérica según informó el FMI. Si fuésemos capaces de crecer al promedio de lo crecimos el Gobierno anterior, o sea 5,4 por ciento, estaríamos terceros, solo tras República Dominicana y Panamá.
El Ministro de Economía dijo esta semana, tras el primer Imacec negativo desde 2009, que el país tiene una mayor capacidad de crecimiento y que el Gobierno ha generado espacios de consenso para retomar los niveles de confianza, y así fortalecer la inversión para recuperar los niveles de crecimiento del Gobierno anterior, que ahora parecen tan lejanos.
Efectivamente el país debe pasar por el difícil proceso retomar los niveles de confianza, que fueron devastados por la retroexcavadora con que se instaló este Gobierno, cuyas grandes reformas erraban en lo conceptual, y fueron realizadas con una mediocridad técnica sin precedentes por parte del ejecutivo. El fracaso de las reformas impulsadas por este Gobierno lo ha obligado a moderar el discurso.
Según la última encuesta Cadem, el 68 por ciento de los chilenos desaprueba las reformas impulsadas por este Gobierno.
El Programa de este Gobierno se realizó bajo el supuesto de un crecimiento en torno al 5 por ciento, con lo cual el gasto fiscal podría presentar grandes expansiones, pero lo cierto es que para el próximo año tendremos el presupuesto más austero en 14 años. Eso se traduce en consecuencias directas justamente para los más necesitados.
Por otra parte, según Cadem, un 63 por ciento de los chilenos considera que la situación actual del empleo es mala o muy mala.
Duele ver que las reformas de este Gobierno han truncado miles de oportunidades de optar a mejores trabajos y sueldos, y tienen a miles de chilenos con temor a perder su fuente de trabajo, y duele más aún saber que no solo han errado en lo conceptual, sino que además han sido técnicamente mediocres. Chile merece más.
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