En 1998 en la cumbre del Cerro Ñielol 47 ciudadanos de Temuco todos profesionales, empleados públicos y universitarios, decidieron proteger este monumento natural creando la primera unidad de la capital de La Araucanía especializada en incendios forestales. A 20 años, la brigada espera pronto convertirse en la décimo tercera compañía de bomberos de la ciudad.
Con orgullo Alejandra Ortega, ayudante de la Brigada Forestal Cerro Ñielol (BRIF), cuenta la historia de cómo se formó esta agrupación bomberil. “Al principio esta brigada eran solo cazadores de incendios, escuchaban los llamados por radio y salían en un furgón propio a apagar el fuego, en esos años se intentó ingresar al cuerpo de bomberos, pero les negaron la autorización porque el cuerpo no necesitaba una brigada forestal especializada”.
Eso no los detuvo asegura la joven, continuaron trabajando de manera autónoma, logrando el año 2000 ser capacitados por CONAF quienes además les entregaron material especializado. Así pasaron otros 5 años hasta que el Cuerpo de Bomberos de Temuco finalmente reconoce a la brigada como la unidad especializada en incendios forestales, pero sin la denominación de compañía.
“Nosotros desde el 2005 comenzamos a operar como integrantes del Cuerpo de Bomberos de Temuco, antes de eso solo manejábamos un furgón que tenía herramientas, bombas de espalda y uniformes que nos había entregado CONAF”, cuenta Erich Lisperguier, capitán de la brigada. Hoy cuentan con dos carros, uno específico para incendios forestales y otro aljibe de 16 mil litros que les permitirá también adquirir la especialidad de abastecimiento.
De la fundación algunos nombres se mantienen, entre ellos el de Abner Padilla, Juez y ex presidente de la Corte de Apelaciones de Temuco, hoy es él Director de la Compañía. “Acá se unieron personajes de todo ámbito, empresarios, jueces, médicos, universitarios y con el objetivo claro de proteger el cerro”, cuenta Pedro Campodónico, uno de los primeros integrantes de la brigada.
Protegiendo el cerro
La ubicación de la compañía (a los pies del cerro), su nombre y lugar de fundación dejan en claro que todo surge en torno a la protección del pulmón verde más importante de Temuco, el monumento natural Cerro Ñielol. “Nacimos para protegerlo, esa fue la principal idea. Somos amantes de la naturaleza y mucha gente no le toma el peso a lo que es tener un cerro como este en la mitad de la ciudad”, agrega Lisperguier.
Santiago Luchsinger de 23 años, trabaja como panadero artesanal y pastelero en uno de los cafés más reconocidos de Temuco, cuenta que se impresionó con el trabajo que acá se realiza. “Yo no esperaba que el trabajo fuera de esta manera, la BRIF trabaja toda unida, nadie se va sin un compañero, tenemos fraternidad y perseverancia, somos una familia”.
Daniel Lisperguier de 27 años es voluntario de la brigada, maneja su propia empresa, pero asegura que gran parte de su vida la ha destinado a esta brigada, “el estar unido y la fraternidad es súper importante para nosotros. Hoy hay muchos bomberos trabajando los incendios estructurales de viviendas, por eso me gusto lo forestal, pasar horas en el cerro, trabajando áreas forestales que requieren un trabajo especial”.
El amor por la naturaleza ha llevado a algunos integrantes de la compañía a pensar en crear una sub especialidad de rescate animal. “Tenemos algunos estudiantes de veterinaria que nos están motivando a crear esta unidad. Cuando hay incendios forestales muchas veces los animales del bosque son los más perjudicados, por eso esperamos a futuro contar con esta especialidad”, dice el capitán de la compañía.
Mujeres en el trabajo forestal
Si algo identifica a la brigada es que han logrado motivar a varias mujeres a integrar sus filas para un trabajo que físicamente puede ser más duro que él de un incendio tradicional. Jennifer Pérez, estudiante de quinto año de Ciencias Políticas, asegura que esa es una de las características principales del por qué ingresó a esta brigada. “A mí me gustó lo que era forestal y el trabajo en equipo que se realiza. Hay que tener una buena condición física ya sea para salir corriendo o para llegar más rápido, como también dependemos mucho de las condiciones climáticas: viento, calor, temperatura, humedad y eso es muy cambiante durante una hora o un segundo”.
Hoy la brigada está en la búsqueda de nuevos integrantes, los necesitan para convertirse a futuro en una compañía, pero también para proteger el cerro y otras áreas naturales de la región. Eso pide el Capitán de la Brigada Forestal Cerro Ñielol. “El año pasado apoyamos labores en el norte por los incendios forestales, hoy somos la primera compañía que sale en Temuco si es que hay un incendio forestal o de pastizales en sectores como monte verde o el Parque Isla Cautín, hemos estado siempre atentos a cualquier hecho que afecte nuestra naturaleza y parques protegidos, para eso nos especializamos y esperamos que esto motive a muchos más a futuro, necesitamos más jóvenes para cumplir nuestras labores”.
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