Para entender lo que está ocurriendo en Venezuela se hace necesario poner los ojos en el vicepresidente de Estados Unidos, quien ha visitado en tres oportunidades Latinoamérica. En una clara política de Estado de ese país, la mano derecha de Trump, inadvertidamente y sin engancharse con las polémicas situaciones que afectan a su jefe, ha buscado el apoyo de Brasil, Ecuador, Chile, Perú, Colombia, Argentina, Panamá y Guatemala. Países todos, que hoy se alinean –no por casualidad– con Estados Unidos respaldando al joven y reciente auto proclamado Presidente de Venezuela, Juan Guaidó Márquez, dejando en una débil situación de poder a Nicolas Maduro, las Fuerzas Armadas y el Poder Judicial de ese fallido y tirano gobierno de izquierda.
Le recuerdo que las verdaderas intenciones de esos viajes tenían, como principal objetivo, lograr el aislamiento de Venezuela, tanto en lo político como en lo diplomático. Todo ello, sin desechar la amenaza de una intervención armada.
Los hechos, han demostrado que la política exterior de Trump, con respecto a Venezuela, fue la adecuada. Sin disparar un tiro, este “presidente en la sombra”, como suelen llamar a Mike Pence, logró un amplio respaldo para aislar a Maduro. Hoy prácticamente lo tiene acorralado y pareciera que la única carta que le queda por jugar al ilegitimo presidente de Venezuela, es aceptar, lo que los países del mundo le exigen: nuevas elecciones y el reconocimiento de la Asamblea Nacional como el único poder verdadero y legítimo de ese país.
Lo anterior, es para salvar Venezuela y evitar la muerte de miles de inocentes. Para Maduro y su entorno, la esperanza de salvación pasa por aceptar el ofrecimiento de Estados Unidos, quien está dispuesto a concederle garantías, siempre y cuando, facilite una transición pacífica[COSE1] ; tal como lo manifestó el director para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mauricio Claver – Carone.
El que crea o se confunda con la participación de otros actores como Rusia, China Irán o, peor aún, sigan soñando con un Golpe de Estado, me atrevería a decirles que el manejo y control de este tema lo tiene Estados Unidos, exitoso liderazgo que está en manos de Mike Pence, donde ninguna de esas hipótesis está considerada.
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