Todos estamos aprendiendo a lidiar con nuestra nueva normalidad de “Quedarse en Casa” y que nos ha llevado a cambiar la forma en la que nos comunicamos, nos ejercitamos, trabajamos y comemos. “Estos cambios repentinos y la necesidad de adaptarnos rápidamente pueden hacernos sentir estresados. Podría sorprenderte saber que la ansiedad y el estrés pueden manifestarse en tus patrones de alimentación, que generan lo que comúnmente llamamos comer como consuelo emocional o por estrés”, explica Susan Bowerman, Directora de Educación y Capacitación en Nutrición Mundial de Herbalife Nutrition.
¿Por qué comemos por estrés?
Comer por estrés es más o menos como suena, dice la especialista. Se trata de comer para escapar de los sentimientos negativos que tenemos, con la esperanza de que la comida mejore el ánimo. En ocasiones es una decisión consciente, pero normalmente es solo una respuesta sin sentido a una emoción vaga y negativa que difícilmente podemos señalar. El estrés y el aburrimiento pueden provocar que comas por consuelo emocional, sobre todo si estás encerrado en casa, rodeado de comida todo el día. “Ya sea que estés pidiendo comida reconfortante a domicilio que contiene más calorías que tus comidas habituales, o que estés cocinando en casa solo con los ingredientes que tienes a la mano, puede que no estés comiendo como solías hacerlo”.
El estrés puede provocar fatiga o depresión, así que una alimentación saludable puede opacar a la comida reconfortante. Aquellos alimentos reconfortantes con alto contenido calórico pueden estimular la liberación de ciertos químicos en nuestro cerebro que nos hacen sentir bien, pero a la vez, nos mantienen comiendo. En un círculo vicioso, comer en exceso puede provocar un aumento de peso y altos niveles de estrés, y por ende, seguir comiendo en exceso.
¿Cómo controlar el hambre por estrés?
Según Susan Bowerman, lo más importante ahora es que todos cuidemos de nosotros mismos de la mejor forma posible. Por ello, presenta cinco formas de frenar el estrés y practicar buenos hábitos alimenticios para mantenernos saludables:
Acepta tus sentimientos: ¿Sabías que las emociones desencadenan el hambre por estrés? Así, que ¿por qué no identificarlas? Está bien sentirnos enojados, solitarios y aburridos de vez en cuando. Estos sentimientos pueden ser desagradables, pero no son peligrosos y no siempre es necesario “componerlos”. Permite que tus emociones fluyan sin juzgarlas.
Busca otras alternativas a la comida: Por ejemplo, una taza de té podría funcionar o distráete con algún hobby. Si sientes la necesidad de comer, prueba alimentos crujientes; te ayudarán a liberar el estrés poniendo a trabajar los músculos de la mandíbula. Intenta bocadillos como almendras, nueces o zanahorias.
Come de forma habitual y no te saltes comidas: Date la oportunidad de comer. Cuando estás estresado, es fácil posponer las comidas o incluso saltarlas todas, sin embargo, los niveles de energía, como resultado, se verán afectados y podrías terminar comiendo de más, incluso después de haber terminado de comer. Si el estrés mata tu apetito, intenta comer pequeñas cantidades de comida más seguido durante el día.
Reduce la cafeína: Las personas suelen sentir una falta de energía cuando están estresados y recurren a la cafeína como estimulante. Sin embargo, puede alterar tu descanso en la noche. Si la cafeína te mantiene despierto en la noche, opta por bebidas descafeinadas o té.
Intenta llevar una alimentación consciente: Cuando comes de manera consciente, intentas estar más alerta de las señales internas de tu hambre y saciedad, y también más en sintonía con lo que las desencadena. La alimentación consciente puede ayudarte a comer solo lo necesario y permitirte disfrutar más la comida… incluso cuando comes menos. También puedes aprender a estar más atento a lo que tu cuerpo está ingiriendo.
Finalmente, la experta de Herbalife Nutrition aconseja que no es momento de restringir la ingesta, sino de concentrarse en consumir los alimentos más ricos en nutrientes que puedas. “Sin duda alguna, esta pandemia añadió estrés a nuestras vidas, pero aprender a lidiar con ella puede hacer que las personas que te importan, tu comunidad y tú sean más fuertes”.
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