Dos años después de la eclosión de la pandemia de la COVID-19 se podría decir que casi todos los países del mundo han avanzado en lo referido a implementación de la tecnología digital. La situación de confinamiento provocada por el virus conectó virtualmente a millones de personas que convirtieron su día a día en horas frente a una pantalla digital.
La vida se convirtió en un escenario virtual desde el hogar privado de cada uno, donde poder seguir con las clases de la escuela o aprender nuevas habilidades. Plataformas como YouTube o Pinterest fueron clave para el entretenimiento de muchos por la gran cantidad de vídeos do it yourself que suben los usuarios. También aumentó tanto la oferta como la demanda de cursos para aprender diferentes idiomas online.
Estas plataformas digitales se convirtieron en un puente para profesores de idiomas y curiosos que deseaban probar suerte con un idioma como el alemán o el japonés, lenguas que no son fáciles de aprender pero que con un profesor particular y a tu propio ritmo, pueden dar frutos. De igual manera, la gente aprovechó las formaciones para crear o diseñar páginas web, entre muchas más.
El camino de la digitalización
En el pasado 2021, Chile contaba con aproximadamente 15 millones de ciudadanos con conexión a Internet. Cifra que, por muy alta que parezca, no significa que este número de ciudadanos tenga asimilados los recursos digitales que la tecnología nos ofrece. El desarrollo en el día a día del siglo XXI va de la mano de los medios digitales, por ello es importante que esta asimilación de la tecnología vaya de la mano de mejoras en la red a lo largo del país.
En el último informe de E-Government emitido por las Naciones Unidas sobre el estado de la digitalización, Chile se encuentra en la posición 42 de 193 países. Esto supone un empeoramiento respecto a la lista emitida en 2014, debido en gran medida a que muchos de los países situados por delante han realizado grandes avances tecnológicos en los últimos años.
Teniendo ya digitalizados con éxito el Servicio de Impuestos Internos y la firma digital, dentro de Chile poco a poco se van dando pasos para avanzar en la que sería una de las grandes mejoras a nivel estatal, la transformación digital del sector público. Con ello, tanto gobierno como instituciones lograrían una enorme agilidad en las gestiones y los trámites y así reducir la brecha digital del país.
La adaptación de diferentes generaciones
A lo largo del confinamiento observamos como todas las generaciones aumentaron su relación con la tecnología. Muchos padres encontraron en la modalidad de clases online de sus hijos, todo un desafío a superar. Como también lo fue para muchos profesores que, si bien tenían décadas de experiencia en la docencia, no contaban con ella en absoluto en las herramientas digitales.
Las medidas de contingencia implementadas a raíz de la pandemia afectaron enormemente al grupo etario de los adultos mayores, siendo además el más afectado por el virus. Estos han asimilado las nuevas formas de vincularse a través de las pantallas, con plataformas como Zoom para hacer videollamadas con los familiares.
El camino de la digitalización avanza, lento pero avanza con el fin de facilitar el día a día de la comunicación entre personas e impulsar el crecimiento de empresas e instituciones. Una educación tecnológica intergeneracional es necesaria para hacer frente a un futuro que, si algo tenemos claro, es que cada vez será más digital.
*Imágenes: Pixaby
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