El cambio cultural: Chile merece más!!

Goran Ahumada Theoduloz, MBA

Director de Estrategia Corporativa, DLCH

En el mundo de hoy, y en medio de cambios cada vez más vertiginosos, se instalan ciertas certezas, entre las que destaco el consenso sobre el fracaso de la clase política, de izquierda, de centro y de derecha. Este fracaso es una tendencia que lleva años, pero con la pandemia, y la consecuente digitalización de parte importante de nuestras vidas, la brecha entre aquello que la vieja clase política ofrece y hace, y aquello que los ciudadanos requieren,es difícil de superar. Está claro que no solo no cumplen lo prometido, sino que aquello prometido no es lo que la sociedad requiere. Es más, hoy vemos cómo líderes de potencias mundiales no escuchan al mundo, ni tampoco a su propio pueblo y se embarcan en aventuras bélicas que nadie quiere, salvo sus propios egos.

O sea la clase política no entiende el contexto, y es evidente que carece de un hilo conductor. Es así como con mayor frecuencia de lo que quisiéramos, cae en un clientelismo, carente de sentido, de visión a largo plazo y que tiende a profundizar la cultura de clientes del Estado o prisioneros de sus egos. Esto nos lleva a realzar la necesidad de un cambio cultural en el mundo y, en nuestra escala, en Chile. No se trata de que dejemos a nuestros compatriotas a la deriva, sino que de ir creando las competencias para que sean ellos quienes puedan tomar el timón y salir adelante. Se trata de crecer juntos y nivelar para arriba.

Es en este sentido, y en particular cuando estamos trabajando como Fundación (Desafío Levantemos Chile) desde terreno, vemos como prioritario definir el Chile que soñamos en forma colaborativa e inclusiva. Y, una vez definido, trazar la ruta para llegar allá.

Somos una ONG que nace en 2007 para fomentar el emprendimiento de menor tamaño en Chile y que, con ocasión del terremoto y tsunami del 27 de febrero del año 2010, amplió su actividades en beneficio de los sectores más excluidos de la sociedad, especialmente llegando a aquellos sectores donde nadie más llega. Hemos desarrollado más de 2.200 proyectos en las diversas regiones del país, que han contribuido a mejorar la vida de 1,9 millones de personas en las distintas dimensiones de su vida (emprendimiento, educación, cultura y deporte, salud y vivienda).

Por tanto señalamos, desde el terreno y la experiencia, que la colaboración entre el Estado, los privados y la sociedad civil sí es posible. Y entendemos que el cambio cultural debe ser un proceso permanente: una nueva actitud. Esta actitud debe ser con el ser humano al centro, desde lo pragmático y lo eclético. La idea es lo trascendente, construyendo así colectivamente una sociedad que nos permita soñar, y sobre todo concretar nuestros sueños, con las personas como centro, y siendo ellos los constructores de su propio destino.

Como parte de nuestra propuesta, debemos elaborar una democracia que mire al futuro. No más modelos uninominales, binominales o representativos. Hoy tenemos la tecnología para implementar una democracia directa, donde el poder pase en su totalidad a la sociedad civil, y sean los ciudadanos quienes decidan, y en consecuencia sean partícipes y responsables del mundo en que quieren desarrollarse, y dejar como legado. Consecuentemente, no nos podemos limitar a buscar mejoras del sistema, sino que implementar un cambio paradigmático, de cara al futuro.

Una nueva estructura no es mágica: todo lo contrario, requiere un trabajo riguroso, sistemático y analítico que te fuerza a entender el mundo, a entender tu mundo, y a proyectarlo. Pero dicha nueva estructura debe ser producto de consensuar un norte claro, el Chile que cada familia, y todos sus integrantes, sueñan. Una vez que consensuamos el sueño, debemos ponernos a trabajar en su implementación, ya que Chile merece más!

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