Manuel Cea Acevedo, director de la carrera de Ingeniería en Administración de Empresas de la UNAB, Sede Viña del Mar.
Según el informe del Banco Central, el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) en mayo de 2023 registró una disminución del 2% en comparación con el mismo mes del año anterior, marcando su peor desempeño desde diciembre de 2022, cuando también experimentó una caída del 2%. Se estimaba que el Imacec mostraría una disminución entre el 1% y el 2% después de haber caído un 1,1% en abril. Esta caída se debe principalmente a la disminución en el sector minero y, en menor medida, del sector comercial. Es importante destacar que el mes de mayo de 2023 tuvo la misma cantidad de días hábiles que mayo de 2022. En términos desestacionalizados, el Imacec disminuyó un 0,5% en comparación con el mes anterior y un 2,2% en los últimos doce meses. El descenso del Imacec desestacionalizado fue impulsado por el rendimiento del sector minero. Por otro lado, el Imacec no minero experimentó una disminución del 1,1% en los últimos doce meses, mientras que en términos desestacionalizados no mostró variación en comparación con el mes anterior. En su último Informe de Política Monetaria (Ipom) publicado a finales de junio, el Banco Central ajustó su proyección de crecimiento económico para este año, ubicándola en el extremo superior del rango establecido en marzo. Ahora se espera una caída del 0,5% a un aumento del 0,25%. El banco también señaló que las estimaciones de actividad mostraron cambios menores, principalmente asociados al desempeño del sector minero. En cuanto al desglose por actividad en mayo, la producción de bienes registró una caída del 2,7%, explicada por la disminución del 7,5% en el sector minero y en menor medida por la caída del 0,8% en la industria. Por otro lado, el resto de los bienes experimentó un crecimiento del 1%. En términos desestacionalizados, la producción de bienes mostró una contracción del 1,6% en comparación con el mes anterior, siendo la minería responsable de una caída del 3,5%. La industria disminuyó un 0,9%, mientras que el resto de los bienes creció un 0,3%. En cuanto al sector comercial, este experimentó una disminución del 4,2% en términos anuales. Este resultado se explica por la caída en todos sus componentes, especialmente en el comercio minorista, donde se destacan las menores ventas en supermercados, grandes tiendas y establecimientos especializados en vestuario y alimentos. Las cifras desestacionalizadas mostraron un crecimiento del 0,3% en comparación con el mes anterior, impulsado por el comercio automotriz y minorista, aunque parcialmente compensado por la disminución en el comercio mayorista. En cuanto a los servicios, no hubo variación, ya que el crecimiento de los servicios empresariales y personales se compensó con la caída en el sector del transporte. En términos ajustados por estacionalidad, se observó un crecimiento del 0,1% en comparación con el mes anterior. A nivel global, tanto en nuestro país como en otros lugares, se está viviendo una situación económica delicada, principalmente debido a la guerra en Ucrania, que se considera el conflicto europeo más importante desde la Segunda Guerra Mundial. Los bancos centrales han tenido que tomar medidas drásticas, como el aumento de tasas de interés, para hacer frente a las condiciones económicas adversas e intentar contener las presiones inflacionarias. A nivel local, los cambios y reformas en diversas áreas generan un ambiente de incertidumbre. Es importante destacar que los datos entregados revelan resultados preocupantes sobre el futuro de la economía tanto a nivel local como global, pero también se observan elementos esperanzadores. Aunque la perspectiva es más pesimista que en mediciones anteriores, debemos ser capaces de mirar a largo plazo y reconocer los grandes desafíos que tenemos por delante para recuperar el crecimiento económico, el cual finalmente genera bienestar para la población.
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