A días de la crucial votación que definirá el futuro de la planta WTE Araucanía continúan las manifestaciones de apoyo a la iniciativa a través de declaraciones. Es el caso de la Asociación Nacional de Industrias del Reciclaje, quienes comunicaron que el proyecto WTE es coincidente y complementario con la labor que ellos realizan.
Una manifestación que despeja una de las principales polémicas que levantaron quienes se oponían a WTE y que tenía relación con un supuesto choque de roles entre el manejo de la basura a través del método de valorización energética, con el del reciclaje de desechos.
ANIR reconoció, en primer lugar, que WTE Araucanía “cuenta con un Informe Consolidado de Evaluación favorable que recomienda la íntegra aprobación de su Estudio de Impacto Ambiental”, por lo que desde ese punto de partida, se refieren a las consecuencias que tendría para la implementación de la nueva Ley Rep, que obliga a las grandes empresas a reciclar sus desechos.
“Como ANIR, estamos comprometidos con la “jerarquía en el manejo de residuos”, al igual que con las demás disposiciones que define la Ley REP, y apoyamos las acciones e iniciativas que eleven el manejo de residuos a las etapas superiores de esta jerarquía. No obstante, existen y seguirán existiendo ciertos tipos de materiales y residuos que por razones diversas no pueden ser prevenidos, reutilizados o reciclados. Para estos residuos, en la mayoría de los casos y, tanto desde el punto de vista medioambiental, como económico, es preferible recuperar su contenido energético en vez de llevarlos a eliminación, tal como lo señala también la Comisión Europea en el marco de su Plan de Acción para la Economía Circular”, dice el documento.
ANIR afirma que la evidencia científica que viene desde países como Alemania, Suecia o Dinamarca, donde estos procesos llevan años conviviendo, “demuestra que estos países han logrado llegar a reciclar alrededor de un 50-60% de sus residuos sólidos domiciliarios, luego de varias décadas de políticas públicas enfocadas en la continua elevación del manejo de residuos a las etapas superiores de la jerarquía. La fracción restante que no se puede reciclar, es tratada y valorizada energéticamente en plantas Waste-to-Energy (WTE), reduciendo prácticamente a cero la eliminación de residuos sólidos domiciliarios en rellenos sanitarios, habiendo sido esta, además, prohibida en los países mencionados anteriormente hace más de 15 años”.
“Particularmente, en el caso de la Región de La Araucanía, se ha ido generando una situación cada vez más crítica en relación a la falta de adecuados sitios de disposición final, lo cual ha llevado a que más del 50% de los residuos sólidos domiciliarios de la región se trasladen a varios cientos de kilómetros de distancia a un relleno sanitario y un vertedero de la Región del Biobío. Ante ese escenario, y de planificarse apropiadamente la gestión integral de residuos a largo plazo, la valorización energética puede ser una valiosa herramienta para lograr en la Región de La Araucanía un manejo sustentable de los residuos no reciclados y complementar las políticas públicas enfocadas en el reciclaje”, finaliza la declaración.
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