La mejor triatleta chilena de la historia reaparecerá este domingo en el Ironman 70.3 luego de 6 meses, superando un derrame cerebral y múltiples lesiones.
Jornadas de una intensa y minuciosa preparación, variadas emociones y reencuentros, son las que ha vivido Bárbara Riveros en Puerto Varas, aprontando su esperado retorno a la alta competencia luego del violento accidente que sufrió el 29 de julio del 2023 al ser atropellada por un automóvil mientras entrenaba ciclismo en las montañas de Suiza.
Con el daño emocional y físico (mano quebrada, múltiples heridas y una contusión en la cabeza que decantó en un derrame cerebral) que han ido quedando atrás, la deportista de 36 años y mejor triatleta chilena de la historia- avalada por su título mundial en distancia Sprint, medalla de oro y plata en Juegos Panamericanos y cuatro Juegos Olímpicos, entre otros hitos- apronta con renovada energía e ilusión la prueba que le ha dado grandes alegrías, con 6 medallas de oro y siendo la vigente campeona.
Fuertes entrenamientos de natación, ciclismo y trote junto al Club Nómades, clínicas deportivas, visitas a colegios de la zona y variadas instancias para compartir con las nuevas generaciones de triatletas nacionales, han sido parte del intenso itinerario de la Mejor Deportista de Chile (2016), quien pese a que vive hace más de una década entre Suiza y Australia, tiene una parte importante de su corazón y afectos en su país.
Cuenta regresiva
Hoy Bárbara Riveros se siente lista y con la confianza plena para dejar en el pasado estos 6 meses fuera de las pistas- la ausencia más extensa de toda su trayectoria- y volver a competir este domingo 7 de enero en el Ironman 70.3 de Pucón, siendo el gran atractivo de la tradicional competencia de nivel internacional.
“Lo principal es reencontrarme con el deporte que tanto amo, con mi gente y toda la comunidad de Pucón, que me vio crecer desde mis primeros triatlones y ha estado en las buenas y en las malas. Espero poder hacer una carrera sólida y consistente… confío en que será un gran día”, anticipa la “Chicka”, que se aleja del exitismo para aterrizar las expectativas ante su esperado retorno: “Emocionalmente me he sentido cada día mejor y he estado entrenando con muy buenas sensaciones, pero la verdad se verá en la carrera, ya que la ejecución es otro mundo. Espero que el cuerpo me acompañe para estar en un nivel decente, ir quemando etapas y contar con una base sólida para los desafíos grandes que tengo a partir de marzo”, proyecta.
Cabe destacar que la deportista apunta como principal objetivo al Full Ironman de Nueva Zelanda (2 de marzo). En tierras oceánicas necesita quedar en Top 3 para clasificar a la máxima cita para triatletas de distancias largas: el Mundial de Ironman de Niza, Francia.
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