El Memorial Mapuche Foluntu Aliwen, en la Isla Cautín de Temuco, conmemora a las y los 159 mapuche detenidos desaparecidos y ejecutados políticos durante la dictadura civil-militar, otorgando un espacio de homenaje y recuerdo mediante una serie de símbolos y conceptos propios de los complejos ceremoniales mapuche.
El Consejo de Monumentos Nacionales, en sesión plenaria realizada el miércoles 12 de junio, acordó –por unanimidad de los consejeros- aprobar la solicitud de declaratoria como Monumento Nacional, en categoría de Monumento Histórico, del Memorial Mapuche Folontu Aliwen, ubicado en la Isla Cautín de Temuco, Región de la Araucanía. Se trata del primer memorial de pueblos originarios del país con enfoque de derechos humanos, emplazado en un territorio ancestral mapuche, que conmemora a las y los 159 mapuche detenidos desaparecidos y ejecutados durante la dictadura cívico militar (1973-1990).
La solicitud fue presentada por Hernán Curiñir Lincoqueo, historiador mapuche y presidente Asociación de Investigación y Desarrollo Mapuche (AID Mapuche). El memorial Folontu Aliwen (bosque de boldos) es un espacio compuesto de diversos conceptos propios de los complejos ceremoniales mapuche: un kuel (montículo de tierra de carácter sagrado), asociado al boldo aliwen (añoso y centenario árbol), a la Ñuke Mapu (madre Tierra) y al Wenu Mapu (Tierra y universo). Está constituido por una circunferencia de 18 metros de diámetro, que en su interior contiene tres círculos concéntricos, incorporando estos elementos en armonía con los árboles añosos que habitan el lugar desde hace más de 200 años. Fue diseñado por la AID Mapuche y el arquitecto Víctor Mena, además de artistas visuales, machi e historiadores. Fue inaugurado en 2017 y contó con el financiamiento del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Presentes en la sesión, el presidente de la AID Mapuche y su secretaria general, Sara Carrasco Chicahual, agradecieron la decisión de los consejeros. “Es un regalo ad portas del We Tripantu (año nuevo mapuche)”, dijo la secretaria. “Esta es una propuesta innovadora, que proviene de la sociedad originaria, y tiene una dimensión nunca vista en la historia de Chile. El boldo aliwen (abuelo) que está en el centro tiene más de 200 años, testigo de todo lo que ha pasado, tiene a su lado un kuel, uno de los símbolos más antiguos de nuestra sociedad, que hemos construido puñado a puñado. Es un honor contar con el carácter de Monumento Nacional, para poner en valor a aquel pueblo y para decir que no es posible que vuelvan a repetirse esos hechos”, destacó Hernán Curiñir.
El Memorial Mapuche Foluntu Aliwen conmemora a las y los 159 mapuche detenidos desaparecidos y ejecutados políticos durante la dictadura civil-militar. Esta sociedad originaria, además del contexto político, sufrió otras medidas de presión, al producirse forzosamente la división en las comunidades al decretar propiedad privada e individual de las tierras y suprimiendo su derecho a la identidad cultural.
La represión en la región –según revelan los informes de derechos humanos- asumió características propias por la conformación cultural, donde el clima de conflicto social se vivía desde años antes, principalmente por lo relacionado a la tenencia de la tierra y la reforma agraria. El Pueblo Mapuche fue reprimido tanto simbólica como física y políticamente, pues el actuar del totalitarismo dictatorial no solo buscó instaurar el terror y el miedo mediante la doctrina de la seguridad: produjo silenciamientos, inmovilización y debilitamientos tanto espirituales como culturales.
El seremi de las Culturas de La Araucanía, Eric Iturriaga Gutiérrez, destacó este valioso anuncio, afirmando que “se trata de un esfuerzo colectivo de muchos años y nuestro reconocimiento es a la lucha que han dado la Asociación de Investigación y Desarrollo Mapuche representada por Hernán Curiñir y los familiares de las víctimas mapuche de la dictadura en la región. Esta declaratoria permite visibilizar la dramática represión que se vivió en La Araucanía y en las comunidades mapuche, en particular, y marca un hito en materia de reparación simbólica”.
Roberto Concha, director regional del Servicio del Patrimonio Cultural, expresó que “en 2023, año marcado por la agenda de los 50 años del golpe de Estado, se inició el proceso de reconocimiento del memorial mapuche en Isla Cautín como Monumento Histórico en la tipología Sitio de Memoria. Gracias al trabajo de la Asociación Mapuche de Investigación y Desarrollo, liderada por el historiador Hernan Curiñir, cuyo hermano fue ejecutado en dictadura, se logra este importante acto de reparación, en que se pone en valor la memoria de 159 víctimas mapuche del golpe. Han sido muchos años de búsqueda de información, que finalmente obtiene este importante reconocimiento”.
El Informe Rettig señala al respecto: “Es necesario destacar la dureza extrema con que se trató a los mapuche y a sus familias y la grave dificultad que ha significado para estos en las zonas más rurales tener que convivir (…) con los agentes que causaron las muertes de sus seres queridos”.
La subsecretaria del Patrimonio, y presidenta del CMN, Carolina Pérez, sostuvo que “desde el Estado tenemos la responsabilidad de generar medidas de reparación con quienes fueron víctimas de la represión del régimen militar. Este caso, el primero que permitirá proteger por ley un espacio de memoria de especial relevancia para el pueblo mapuche, representa un avance en nuestro rol de garante de los derechos humanos de todos sus habitantes”.
Dentro de los valores que reconoció el CMN es que este es el primer memorial mapuche del país sobre derechos humanos, emplazado en un sector de la Isla Cautín, territorio ancestral mapuche, que ha sido entregado mediante concesión estatal a la organización AID Mapuche como medida de reparación simbólica. Es, también, un espacio simbólico de conmemoración de las víctimas mapuche de la represión como política de Estado, cuya configuración paisajística y territorial genera un espacio facilitador de armonía en el que predomina la presencia de la naturaleza y su preservación “es una contribución a la educación y promoción de los derechos humanos del conjunto de la sociedad, como expresión de la obligación estatal de garantizar la verdad de los hechos, reparar simbólicamente a la víctimas, sus familiares, a la sociedad en su conjunto y generar garantías efectivas de no repetición en el ámbito de la cultura y el patrimonio”.
El terreno donde se ubica el memorial es propiedad del Ministerio de Bienes Nacionales, que en 2023 le otorgó la concesión gratuita por un plazo de 30 años a la AID Mapuche.
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