Mariela Huillipan Peña, seremi de Desarrollo Social y Familia
La reciente iniciativa del Gobierno de levantar Centros de Cuidados y Protección en todo el país (100 al finalizar su periodo), representa un avance significativo hacia la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Estos centros estarán destinados a proporcionar apoyo integral a las personas que requieren cuidados especiales, así como a las personas cuidadoras que, a menudo, se enfrentan a desafíos significativos y reciben un nulo reconocimiento del Estado por su labor.
Los Centros de Cuidados y Protección son instalaciones diseñadas para ofrecer una gama de servicios esenciales, incluyendo atención médica, apoyo psicológico, asistencia social, actividades recreativas y educativas. Estos servicios están dirigidos a personas cuidadoras, personas mayores, personas con discapacidad y otras personas que necesiten cuidados constantes y especializados. La creación de estos centros es una respuesta directa a la necesidad de brindar un entorno seguro y de apoyo que garantice dignidad y bienestar.
En La Araucanía, ya inauguramos dos centros; uno en la localidad de Puerto Domínguez, comuna de Saavedra y, otro en la localidad de San Ramón, comuna de Padre Las Casas (los primeros instalados en zonas rurales del país), quedando cinco pendientes y que se encuentran en una fase avanzada de ejecución. Hablamos de Angol, Melipeuco, Temuco, Nueva Imperial y Teodoro Schmidt (localidad de Barros Arana). Sin duda un gran avance en materia de Cuidados para los habitantes de la Región.
Es importante destacar que, este enfoque hacia los cuidados no tiene precedentes en la historia de nuestro país. El Gobierno del Presidente, Gabriel Boric, ha reconocido los cuidados como un pilar fundamental de nuestra sociedad, una medida que refleja una comprensión profunda de las necesidades reales de la población. Al transformar los cuidados en una prioridad, se está estableciendo una base sólida para una sociedad más equitativa, donde todos los ciudadanos, independientemente de su situación, tienen garantizados sus derechos a recibir y proporcionar cuidados en condiciones dignas.
Este esfuerzo no solo aborda una necesidad urgente, sino que también envía un mensaje claro sobre la importancia de cuidar de a aquellos que han sido invisibilizados toda la vida. Es un paso hacia la humanización de nuestras políticas públicas y una muestra de que, como sociedad, estamos avanzando hacia un futuro más inclusivo, sensible y solidario.
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