Por: Carolina Dolores Neira Charcopa, Magíster en Neurorrehabilitación, Docente Carrera de Kinesiología Universidad Santo Tomás Temuco
En diciembre, se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, establecido en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidad. Esta fecha tiene como objetivo promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad, al mismo tiempo que fomenta la conciencia sobre las barreras que enfrentan en aspectos políticos, sociales, económicos y culturales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.300 millones de personas en el mundo, lo que equivale al 16% de la población global, viven con alguna forma de discapacidad. En Chile, el II Estudio Nacional de la Discapacidad (ENDISC II) indica que aproximadamente el 20% de la población, es decir, cerca de 2,8 millones de personas, vive con alguna discapacidad.
Desde el enfoque biopsicosocial de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), entendemos que la discapacidad no es solo una característica individual, sino el resultado de la interacción entre una condición de salud y los factores del entorno. La discapacidad, lejos de ser una limitación intrínseca, se convierte en un desafío cuando la sociedad no está preparada para ofrecer espacios accesibles y oportunidades equitativas. Las barreras arquitectónicas que dificultan la movilidad o los prejuicios que limitan el acceso a un empleo digno son solo algunos de los obstáculos que las personas con discapacidad deben enfrentar a diario.
A pesar de los avances tecnológicos y sociales en los últimos años, sigue siendo preocupante que muchas personas con discapacidad sigan siendo objeto de exclusión y discriminación. ¿Cómo podemos hablar de progreso cuando millones de personas carecen de acceso a una educación inclusiva, a un trabajo digno o a una vida plena? Estos problemas demuestran que aún queda mucho por hacer para garantizar la inclusión real de todas las personas, sin importar sus capacidades.
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad no es solo una fecha para reflexionar, sino una invitación a la acción. Construir un mundo inclusivo implica derribar barreras físicas, sociales y culturales, para que todas las personas, independiente de sus capacidades, puedan desarrollar su potencial y disfrutar de igualdad de oportunidades. Un mundo accesible y equitativo no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino que también enriquece a toda la sociedad, fomentando un entorno más justo y diverso para todos.
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