Los talleres se enmarcan dentro del trabajo productivo de la Federación de Cooperativas Ngen y busca determinar la factibilidad de convertirse en un nuevo producto a trabajar por sus socias, otorgando valor agregado a los hongos recolectados.
Una serie de encuentros vienen sosteniendo las mujeres mapuche y campesinas de los sectores Flor del Valle, Reigolil, Purranque, Chocol, Pocolpen y Los Sauces (Curarrehue), con el fin de analizar y realizar un estudio sobre las especies de hongos comestibles presentes en el territorio cordillerano y su importancia dentro de la economía familiar.
La iniciativa es parte del proyecto “Generación de emprendimientos sociales sustentables con base de participación Cooperativa en la comuna de Curarrehue”, que obtuvo financiamiento de CORFO y permite a la Federación Ngen, la elaboración 10 emprendimientos sociales que beneficiará a 350 productores y proveedores en el plazo de tres años.
Capacitaciones
Los talleres comenzaron en el mes de marzo de 2013, Ricardo León, Ingeniero en Recursos Naturales renovables de la Universidad de Chile, señala que en el desarrollo de los talleres se ha podido analizar en conjunto con las socias de la Federación Ngen “cuales son las especies comestibles y usos al interior de las familias, especies tóxicas, biología de las especies y ciclo productivo para unificar criterios entre las recolectoras y de esta manera apuntar hacia una extracción sustentable que asegure la continuidad de las especies en el territorio”, explica.
Estudio
“El estudio consiste básicamente en determinar la productividad de los territorios en cuanto a cantidad de hongos comestibles disponibles por sector, para esto fue necesario identificar previamente con los recolectores las especies consumidas regularmente, que en el caso de hongos de otoño corresponden a seis especies: gargal (Grifola gargal), lengua de vaca (Fistulina hepática), pique (Armillera procera), ovejita (Agaricus sp.), changle (Ramaria flava), siendo los changles los que presentan mayor potencial para ser integrados en la sala de procesos de la Cooperativa Zomo Ngen”, dio a conocer Ricardo León.
Posteriormente se procedió a realizar colectas en conjunto para determinar los sitios de recolección. “En el caso de la comuna de Curarrehue es de 1,1 kilos de changles por hectárea. Otro resultado importante es la cantidad de especies que identifican los recolectores de la comuna y que además consumen las cuales llegan a un numero de 9 especies entre hongos de otoño y primavera, lo cual está muy encima del promedio general de la región”, agrega.
Familias campesinas
Durante los últimos 15 años aprox. la veta comercial a través de la venta de hongos se ha transformado en una buena fuente de ingresos extras para las familias siendo en algunos casos, como la recolección de dihueñes, changles y de morchellas, un aporte importante en las familias que se dedican durante las temporadas de aparición. en general la recolección de productos forestales no madereros (PFnM).
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