– Con un almuerzo de camaradería conmemoraron la emblemática fecha.
A los pies del cerro Ñielol, en Temuco, agricultores y dirigentes campesinos de las provincias de Malleco y Cautín, celebraron junto a INDAP los 48 años que conmemoran una de las conquistas más importantes de la historia de los movimientos sociales, la cual quedó sellada con la promulgación de la Ley N°16.640 que impulsó un auténtico proceso de Reforma Agraria y de sindicalización campesina.
Junto con la Reforma Agraria, al cual permitió a miles de campesinos ser propietarios de la tierra y los medios de producción, otro importante hito lo constituyó la denominada Ley de Sindicalización Campesina, la que dio la posibilidad a los pequeños agricultores a organizarse en sindicatos y cooperativas. “La desigualdad rural es poco lo que disminuye, a nosotros como dirigentes eso nos tiene muy preocupados, pero siempre estará la fuerza para seguir celebrando el Día del Campesino como corresponde, y dándole cada año más énfasis a esta fiesta, porque nosotros lo merecemos”, aseguró el productor y dirigente Bambino Caire, quien además es presidente del Consejo Asesor Regional (CAR) de INDAP.
El aliado más cercano de la agricultura familiar ha sido INDAP, institución de fomento que nace como consecuencia de la promulgación de la Reforma Agraria. En La Araucanía son 43.000 los campesinos que reciben asistencia técnica y apoyo en inversiones productivas, en este contexto el Alex Moenen-Locoz, director regional del servicio del agro sostuvo que “este es un aliciente, se lo merecen, esto muestra dignidad hacia el mundo de la agricultura familiar campesina y nosotros asumimos un desafío personal como institución de seguir apoyándolos, no olvidemos que INDAP es la institución que ha estado más cercana a ellos, nosotros atendemos en el país a más de 175 mil agricultores y somos los que aportamos con el 22% de la producción agrícola a nivel nacional”.
Recordemos que fue a través de la presidencia de Eduardo Frei Montalva en el año 1967, que el proceso de reforma agraria alcanzó un gran impulso, bajo el lema "la tierra para el que la trabaja" el programa reformista de ese gobierno buscó la modernización del mundo agrario mediante la redistribución de la tierra y la sindicalización campesina.
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