Dra. Laura Azócar Ulloa: “Esto de tomar un árbol, picarlo y meterlo a una estufa directamente es una cosa prácticamente ancestral”

La Dra. en Recursos Naturales y Directora del Centro de Manejo de Residuos y Bioenergía de BIOREN-UFRO, Laura Azocar, es enfática en reconocer que Chile no tiene nada que envidiarle a lo que se está haciendo en Europa o en Estados Unidos en relación a temas de uso de residuos con el fin de producir energías o biomasas.

Esto, es justamente a lo que un grupo de investigadores y tesistas de la Universidad de La Frontera se han dedicado a desarrollar durante este último tiempo a través del Centro de BIOREN-UFRO, cuyos resultados preliminares hasta el momento han sido positivos.

Dra. Laura ¿Por qué no nos cuenta un poco de que trata el Centro de Manejo de Residuos y Bioenergía de BIOREN?

Bueno, el trabajo que hacemos puntualmente en el centro de energía (como le digo yo para resumir un poco el nombre que es bastante largo) es básicamente estudiar distintos tipos de residuos o biomasas alternativas y buscar diferentes métodos biológicos-térmicos y distintas tecnologías, para producir energía; en realidad, para producir biocombustible.

¿Están enfocados solamente en biocombustible?

Sí, principalmente biocombustible…

¿Qué tipo de residuos son los que habitualmente utilizan para la investigación? ¿Todos o van seleccionando?

No, la verdad es que no seleccionamos residuos porque el plus que tiene este grupo es que trabajamos en procesos; entonces, independientemente de la biomasa que llegue, nosotros vamos a tratar de producir un biocombustible a partir de eso; por ejemplo, en biomasas alternativas se ha trabajado con microalgas y ahí se generaron distintos procesos para producir biogás, biodiesel. Actualmente se trabaja en un proyecto para producir biocombustible sólido, ¡eso espero!

¿De qué se trata ese proyecto?

Bueno, la línea principal del proyecto se llama “Torrefacción”, al principio suena un poco difícil, ¡lo sé! pero torrefacción es básicamente cuando uno compra café y está tostado; es producir una especia de… se llama pirolisis, que es como una combustión pero sin oxigeno, como tostar algo. Entonces lo que nosotros hacemos con eso de la torrefacción es estudiar distintos residuos que se producen a nivel nacional.

¿Cómo lo hacen para conseguir lo residuos?

Nos contactamos con el norte, de allá trajimos microalgas, también residuos de Talca, residuos del área vitivinícola, por ejemplo, residuos de la industria del aceite de oliva (cuescos de aceitunas), residuos de cerezas, frutos vanos de avellanas, materias que se descartan en las industrias. También trabajamos distintos residuos de acá de la zona de La Araucanía, residuos de paja de trigo, paja de avena, etc., todo lo que queda de las cosechas que se queman y producen bastante impacto ambiental.

¿Por qué apuntan a los residuos de las cosechas?

Puntualmente para darles un uso con la finalidad de producir un pellet; los mismos que se usan para calentar las estufas de combustión. Entonces con esto estamos apuntando a varias cosas; primero, evitar que los rastrojos generados de las cosechas se quemen y retirarlos, por otro lado, suplir la falta de pellets para las estufas. Se ha motivado bastante el uso de este tipo de estufas pero hay una escases de aserrín porque las celulosas lo ocupan, entonces lo que hacemos nosotros es apuntar hacia ese mercado.

¿Cómo trabajan estos residuos?

Haber, los residuos de las cosechas (residuos agrícolas) son muy pocos densos, como cuando tu ves una ruma de pasto, ves mucho volumen, pero es poca la cantidad de biomasa que hay; entonces, si uno traslada eso y lo quiere utilizar para un fin energético, es muy poco lo que te va a generar de energía porque es poco denso.

Entonces este estudio que nosotros hacemos de torrefacción es para concentrar la energía, hacerla mas pesada, más densa; y ese proceso es previo para que podamos generar pellets que sean competitivos con los pellets de biomasa de aserrín que son los que habitualmente uno encuentra en el mercado.

¿Cómo nació la idea de generar pellets?

¿Cómo surgió la idea? Mira, cuando yo estaba terminando mi doctorado, hice una pasantía en Noruega, y ellos trabajaban con esta tecnología de torrefacción que te comentaba, ahí me quedó dando vuelta la idea de cómo se podría aplicar a nuestra realidad esta tecnología, y la verdad es que yo tenía una estufa a pellets y viví en carne propia la escases (debo confesarlo, es la verdad… comenta entre risas) y averiguando un poco, encontré que durante estos años sí ha habido escases de pellets, en los congresos y seminarios también se habla mucho del tema y además está todo el tema medio ambiental en Temuco.

El problema de la calidad del aire en Temuco durante todo el año es básicamente por el uso de la leña húmeda, entonces vimos que esto cuadraba súper bien con la idea de usar estos residuos que se queman; en vez de perder esta energía, esta biomasa que tiene una potencia energética importante, transformarla en un producto que se necesita en la región.

¿Han hecho pellets o todavía no?

Sí, hemos hechos un par de pellets de prueba (yo creo que unos 5 pellets, cuenta entre risas), pero llevamos un año y medio recién del proyecto, que es un proyecto Fondecyt y que dura 3 años; además, es el primer proyecto en este sentido que hay acá en la zona; primer proyecto que ha evaluado estos residuos con ese fin.

Si comparamos los primeros resultados obtenidos con los pellets que hay en la región ¿Cuál sería tu opinión?

Los pellets de biomasas de residuos agrícolas tienen ventajas y desventajas y en eso hay que ser bien sinceros. Debido a que el suelo tiene ciertos nutrientes que pueden ser transferidos a esta biomasa y que al momento de combustionarse en una estufa puede generar incluso corrosión en ella, por eso es tan importante realizar este estudio y no llegar y hacer pellets de repente, de ahí la necesidad de hacer toda esta investigación.

Los estudios que estamos haciendo en el centro nos permiten generar una formulación de un pellets que puede ser de mezclas de biomasas que genere un pellet que no produzca esta corrosión, de hecho, hay una tesis que va a desarrollar Ninoska Hermosilla (Tesista de Ingeniería Civil Ambiental) y ella va hacer una formulación de pellet.

Ahora bien, puede tener características superiores con respecto a los que están en el mercado gracias a este proceso de torrefacción que estamos haciendo; porque al densificar más la biomasa, el pellet que vamos a generar puede tener más nivel calorífico que el pellet que está en el mercado (al final, va a producir más calor que los que encontramos hoy en día), esto implicaría usar menos cantidad en las estufas ya que el calor sería mayor.

¿Cómo lo hacen para recaudar lo que necesitan?

En ese sentido hemos tenido la suerte de contar con una red de empresarios, comunidades mapuches (quienes han aportado con los residuos de las cosechas), distintas universidades y el Centro de Estudios de Alimentos Procesados de Talca (CEAP). Dentro de la región hemos trabajado particularmente con la empresa California Pellets. No hemos tenido la necesidad de salir a buscar material, sólo a través de algunas llamadas telefónicas, un poco de gestión y han llegado.

¿Se ve interés en el tema?

Sí, el interés por las demás partes está y se está avanzando en crear conciencia, es un proceso largo, cuesta un poco pero todos los años se ha ido avanzando.

¿Cómo ha sido el recibimiento por parte de los empresarios?

Hemos participado de diferentes ferias y siempre con un buen recibimiento primero de los jóvenes que son los que vienen con otra mentalidad más medioambientalista, seguido de los empresarios; ellos muchas veces van un paso adelante que nosotros, tienen una visión mas rápida que nosotros los científicos.

¿Han trabajado mucho con otras instituciones o empresarios?

Sí, trabajamos con algunas empresas de la región y también contamos con socios como el CEAP de Talca, con ellos tenemos un buen feedback (ellos también trabajan con residuos y tecnologías similares).

¿Han pensado en la posibilidad de comercializar el producto en la región?

Nosotros principalmente lo que hacemos es investigación, pero yo tengo otra arista como la de trabajar con empresas a través de la transferencia tecnológica, trabajo bastante con la Dirección de Transferencia Tecnológica de la UFRO y en eso ya tenemos experiencia en proteger resultados (patentar).

Yo creo que en este caso en particular, proteger los resultados, transferirlos o desarrollarlos en otro proyecto sería una buena idea; una suerte de segunda parte en donde se pueda trabajar un FONDEF o un CORFO con empresas para poder llevar esto al mercado en un mediano plazo.

¿Cuáles dirías que son las diferencias entre Noruega y nuestra región según tu experiencia?

Yo soy de la idea que siempre hay que ver las cosas buenas y malas, claramente ellos tienen mayores tecnologías, la misma aislación de sus viviendas es una diferencia gigantesca con respecto a nosotros; eso permite un menor gasto en calefacción, considerando que es un país frío y que pasan fácilmente 6 meses bajo nieve. Sí nos falta mucho en desarrollar tecnologías, esto de tomar un árbol, picarlo y meterlo a una estufa directamente es una cosa prácticamente ancestral que debemos abandonar, tenemos que dar un paso en mejorar y se están haciendo cosas nuevas, eso es bueno.

¿Cómo?

Mejorando la tecnología de las estufas, buscar nuevas biomasas, nuevas materias primas y teniendo políticas acordes, exigiendo que se ocupen estas tecnologías y obviamente contar con subsidios para las personas que no pueden comprar cierto tipo de estufa tengan la posibilidad de implementarlas.

La diferencia positiva que yo creo que tenemos con respecto a Noruega es que nosotros sí tenemos conciencia en el uso de la energía, nosotros siempre apagamos la luz cuando salimos de un lugar, los noruegos ¡no!, quizás se debe a que tienen tanto petróleo y son un país muy rico con respecto a eso, nosotros como país somos pobres energéticamente, no tenemos petróleo y estamos buscando siempre de donde sacar energía, hemos aprendido y tenemos la cultura de cuidar más las cosas, eso es algo muy valorable y tenemos que estar orgullosos como país porque no es común.

Según tú ¿vamos bien encaminados?

Siento que vamos bastante bien, lo que hace falta es desarrollar más la vinculación, falta que el investigador se siente a conversar con el empresario y se produzca ese feedback. Acá hay súper buenas ideas, cosas muy avanzadas, pero el empresario chileno habitualmente suele ir al extranjero a comprar algo y ni siquiera sabe lo que se está haciendo acá y eso también es responsabilidad de nosotros; en eso yo creo que vamos lento, no en la investigación que se están realizando.

El centro de investigación sigue trabajando en desarrollar de mejor manera esta investigación, para ello cuenta con un gran equipo compuesto por 5 investigadores que además son académicos de la UFRO (Rodrigo Navia, Mara Cea, David Jeison, Gustavo Sedá y Laura Azócar), quienes cuentan con tesistas de doctorado, postdoctorado y pregrado, todo esta investigación es sustentada por las analistas Carolina Beltrán, Ingeniero y Noelia Sepúlveda, Químico.

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