Artesanos de Araucanía Andina: “Artesanía con Identidad”

Artesanos de Araucanía Andina: “Artesanía con Identidad”

Orgullosa posa ante la cámara Edith Meliñán, junto a su mural de telar, trabajo inspirado a partir de una pintura del artista regional, Eduardo Rapimán. Ella es una de los cuarenta artesanos que se vieron beneficiados con el proyecto “Artesanía con Identidad Araucanía Andina” y que hoy, luego de aprender innovadoras técnicas de producción, pueden acceder a nuevos mercados, que les permitan mejorar su calidad de vida en términos de ingreso.

Así como Edith, artesanos y artesanas de las comunas de de Cunco, Victoria, Curacautín y Lonquimay vieron coronado el fruto de su esfuerzo, el pasado viernes 10 de junio en la ceremonia de cierre del Proyecto “Artesanía con Identidad Araucanía Andina”.

Dicha iniciativa, que se desarrolló entre octubre de 2010 hasta junio de 2011, fue financiada por el Fondo Solidario de Inversión Social (Fosis) y ejecutado por la empresa Upland Consulting. Su objetivo fue generar un modelo de negocios, que vinculara el trabajo de los artesanos con la labor de diseñadores y artistas, de modo de desarrollar productos comercializables en el mercado. Lo anterior, buscando un diálogo entre diversas expresiones de arte, con conocimientos ancestrales y contemporáneos, logrando una línea de productos estéticos que revitaliza el arte tradicional.

clip_image001Para Gonzalo Llanos, agente de desarrollo local del Fosis y supervisor del proyecto, se trató de una apuesta ambiciosa que logró conectar a los artesanos con nuevos mercados que optimicen su comercialización y les permitan mejores retribuciones económicas. “Los servicios públicos deben seguir apostando por este tipo de proyectos, vinculando a nuestros beneficiarios con nuevas formas de trabajo, apoyándolos a través de los distintos instrumentos del Estado para que puedan vender en mejores mercados”, señaló.

Esta experiencia es pionera en su tipo, ya que mezcló el trabajo de diseñadores, pintores, joyeros, economistas, expertos en gestión, ecología y permacultura entre otros, con los conocimientos ancestrales de artesanos de la zona de Araucanía Andina, lo que derivó en una colección de prototipos de productos inspirados en la Reserva de la Biósfera de la Araucaria, entre los que destacan: piezas decorativas (textiles y madera), joyas de plata y picoyo y prendas de vestir vanguardistas, confeccionadas en lana de oveja araucana. Al respecto, Cynthia Vega, gerenta de Upland Consulting, indicó que “el principal aprendizaje de todo este proceso fue que logramos conectar el servicio de profesionales con las técnicas de las tejedoras y los picoyeros y a partir de esta unión obtener productos innovadores, de alto nivel”.

El reconocido pintor regional, Eduardo Rapimán, fue uno de los artistas plásticos que participó de este piloto y en relación a su trabajó expresó: “puedo agregar con seguridad que éste es el mejor proyecto de mi vida, con esto no sólo he alcanzado una claridad técnica, sino también la capacidad de integrar a la sabiduría de nuestra cultura a través del arte y promover el encuentro de realidades que es tan urgente en nuestra región”.

Por su parte, Luca Cioffi, joven diseñador italiano, que estuvo encargado de enseñarles nuevas técnicas en la confección de joyas a artesanos de picoyo (resina que se genera posterior a la muerte de las araucarias) señaló: “mi idea fue presentarles técnicas de orfebrería para llegar a nuevos diseños y productos, distintos a los que tradicionalmente realizan, fuentes, platillos, llaveros, recipientes, para que tuviesen la posibilidad de innovar, pero sin perder su identidad”.

El reto se presentó a la hora de innovar y generar productos distintos a los que tradicionalmente se encuentran en mercados y ferias artesanales, al respecto, Hugo Pitriqueo, picoyero de Icalma comenta: “nosotros lo que más trabajábamos eran las fuentes, pero teníamos la intención de hacer otras cosas, el problema era que nos faltaban conocimientos y herramientas para trabajar, y bueno salió este proyecto, llegaron los diseñadores y nos mostraron nuevas técnicas para aprovechar mejor el picoyo”.

Edith Meliñán, artesana textil, del sector Queipul de la ciudad de Victoria, destaca: “yo quería salir de la rutina, de las típicas frazadas, los bolsos y las calcetas, por eso ahora quiero seguir mejorando e intentando nuevas cosas, esto de hacer murales con telar es novedoso y me ha gustado, hay que atreverse a innovar y probar nuevas cosas, por eso este proyecto fue un regalo, un sueño y un desafío”, finalizó.

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