Muchos de los integrantes de las familias de Quechocahuín no tienen un trabajo estable, pero las cuentas de agua superan los 30 mil pesos. No obstante, hay quienes poseen el líquido elemento pero no cuentan con luz hace más de 10 años, por lo que la vida es realmente dura para todos.
Si a esto agregamos que gran parte de los habitantes del sector se dedican sólo al cultivo de la papa, y manejando los bajísimos precios de los tubérculos durante los últimos años, la situación de Quechocahuín es francamente suburbana.
Los dirigentes hicieron un esfuerzo más, invitando al senador José García Ruminot y autoridades regionales para discutir y dar soluciones al tema. Y estos pudieron percatarse del literal abandono, comprometiéndose con soluciones, esta vez, definitivas.
Se realizará, por tanto, la futura habilitación de un sistema de agua potable rural eficiente, invierno y verano, saneando aguas a nombre del comité, revisando la disponibilidad de caudal y considerando el cuidado bacteriológico y fisiológico del vital elemento. Frente a una gran asamblea quedó patentada la ansiada solución para el sector.
A cargo de la revisión de los compromisos y como interlocutor entre el senador García Ruminot y la comuna, Ricardo Zambrano canalizará todas las inquietudes para no cometer más errores.
Las evaluaciones ya están en marcha y las autoridades esperan que la solución, sea la inscripción del agua o la búsqueda de nuevas fórmulas se realice pronto para, de una vez por todas, demostrar a la gente de Quechocahuín que ellos sí existen y tienen los mismos derechos que todos los chilenos.
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