“Lo que ha ocurrido esta mañana es el fiel reflejo de lo que está pasando a diario pero que no ha sido conocido por la comunidad. En la realidad, lo que tenemos, es que vivimos en una calma aparente”
Con esa frase, el presidente de la Asociación de Víctimas de Violencia Rural, Alejo Apraiz, describió la sensación que como grupo les generó el conocer de los incidentes en el Fundo Santa Rosa, de Vilcún, entre encapuchados y efectivos de Carabineros.
Sin entrar en sindicar responsables de manera directa, el dirigente destacó que “aquí parece que nadie quiere reconocer lo que es un secreto a voces, y que tiene que ver con que día a día, noche tras noche, se registran ataques a menor y mayor escala y claro, los pequeños incidentes como no son difundidos por los medios, parecieran no existir, pero los que somos víctimas, vemos con impotencia que esto pareciera no tener fin”.
Uno de los afectados en el último tiempo, Ewald Luchsinger, explicó que “el tema aquí no es la dimensión del ataque que hemos sufrido, sino que lo que se debe abordar, es la periodicidad con que se suceden los hechos”.
El agricultor que también pertenece a la AVVRU, explicó que a modo de ejemplo, “a mi familia nos hostigan permanentemente, ya sea con cortes de cercos, destrucción de bebederos de aguas para los animales maquinarias, muerte y robo de animales, amenazas a trabajadores y así sucesivamente, casi todos los días; entonces cabe la pregunta: ¿quién nos protege en términos de salud mental al interior de la familia?”.
Los afectados adscritos a la AVVRU, insistieron en la necesidad de que las autoridades de Gobierno tomen medidas más estrictas y concretas para recuperar la paz en el territorio comprendido en la Región de La Araucanía, asegurando que “no porque no se conozcan delitos que pueden ser calificados menores, significa que no existan y lo peor, es que no nos dejan vivir ni dormir tranquilos”.
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