Piero Moltedo, director académico Universidad Santo Tomás Viña del Mar, se refiere a las cifras y su implicancia para los chilenos.
Como un verdadero balde de agua fría se podría explicar el reciente IPC de octubre, al duplicar las expectativas del mercado situándose en un 1%, acumulando a su vez un 5,1% en los últimos 10 meses. Y lo afirmo así, no sólo porque el presupuesto de muchas familias cada mes se ve más limitado en consumo, sino que además se verá nuevamente disminuido por alzas en dividendos, aranceles, colegiaturas, etc.
Por otra parte, este IPC demuestra que la economía chilena no sólo se está viendo afectada por una desaceleración en su crecimiento, sino que además por un contexto de inflación menos controlada, mezcla compleja de resolver ya que se descarta la deseada baja en la Tasa de Política Monetaria por parte del Banco Central. Prueba de lo anterior es la reacción del dólar al anunciarse este IPC.
Nuevamente la autoridad económica no reconoce el problema, menos entonces lo asume, no se hace cargo, y por lo tanto el escenario futuro se aprecia cada día más incierto. Habrán explicaciones asociadas al tipo de cambio, alzas en impuestos, y otras, pero todas ellas ya consideradas por los especialistas en las proyecciones y que apuntaban a un IPC 50% más bajo. Quién sabe al desconocerse la magnitud de los cambios tributarios, nadie logra entender realmente su alcance, lo que demostraría un desconocimiento generalizado de los efectos de las reformas que se están aprobando, y que por los productos implicados afecta principalmente a quienes menos recursos tienen.
Cada día me convenzo más de que la solución pasa por decisiones no sólo en el plano de los ministerios, sino a nivel presidencial y asociado a las personas que están a cargo de la economía nacional, ya que hoy, y con urgencia, se requiere generar un clima económico y empresarial de confianza. Ojalá se tomen decisiones cuanto antes.
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