Ingeniero y docente de la Dirección de Educación Continua de la Universidad Mayor sede Temuco, entrega tips para marcar diferencias.
Chile actualmente es una economía pequeña abierta al mundo. El bombardeo de la información y niveles de producción globales son una realidad, y ya no una mera ficción.
En ese contexto, a la hora de generar un emprendimiento cualquier idea parece haber sido realizada e incluso sobreexplotada. Ahí es donde surge la identidad como un importante valor agregado para cualquier iniciativa.
Patricio Sepúlveda, ingeniero comercial y docente de la Dirección de Educación Continua de la Universidad Mayor sede Temuco, comentó que la innovación debe partir sobre la base de lo que uno posee.
“Antes de proyectar una idea, en el trabajo previo es necesario entender qué tengo, y sobre eso, innovar. Es un ejercicio necesario si queremos desarrollar un proyecto que genere impacto. En aquel diagnóstico podemos encontrar qué y cuántos activos tengo como para solidificar una empresa”, resaltó Sepúlveda, quien subrayó que, básicamente, innovar es atreverse a desarrollar las mismas cosas, pero de una manera distinta, integrando una mirada nueva.
“Innovar no es inventar la rueda”, apuntó.
Desde esa perspectiva, el gran activo que posee La Araucanía es su multiculturalidad, vinculada a su memoria histórica, enfatizó el experto, quien planteó que esa es una marca o un sello de la Región.
“Hay una historia ligada a la etnia originaria, pero también que se articula con la llegada de colonos, y también la propia impronta del chileno criollo. Hay todo un enlace con sus costumbres, cultura y actividades, sobre las cuales hay que detenerse a observar”, aseveró.
Sepúlveda, junto al también ingeniero comercial y docente de la U. Mayor, Juan Carlos Riquelme, trabajan mancomunadamente en una charla motivacional llamada “Contagio, la Revolución de las Ideas”.
“Contagio” es un coaching desarrollado por ambos, que tiene por finalidad capacitar en gestión y liderazgo, además de orientar a emprendedores a sortear dificultades, con una conclusión final de invitarlos a atreverse a innovar, siempre tomando en cuenta algunos consejos.
En estas charlas han participado diferentes actores del emprendimiento regional, como recicladoras de Padre Las Casas, o los organizadores de las fiestas del Baqueano (Melipeuco), de los descendientes de colonos italianos (Capitán Pastene) o la Schweizer Fest (Fiesta Suiza de Traiguén), entre muchos otros.
FUERZAS COMPLEMENTARIAS
Y si la identidad es un ámbito, la sugerencia de asociarse es igualmente importante.
Respecto de la asociatividad, Sepúlveda aclaró que no tiene nada que ver con temas legas de sociedades, como se suele pensar. “Es una colaboración entre los demás actores empresariales, con el fin de potenciarse y generar una cadena de valor. Las actividades en conjunto, hacen crecer hasta el mercado más pequeño”.
Expuso como ejemplo, el caso de Bariloche, en Argentina. La ciudad posee una correlación de empresas y emprendimientos, que están coordinados bajo una imagen en común y coherente. Las cabañas, centros de entretenimiento, gastronomía y puntos de interés turístico, tienen un relato común que los une.
Si se va a un restorán en Bariloche, estará decorado con la obra de artesanos locales, se consumirán las cervezas del lugar y todo tendrá un diseño que ya es marca registrada. Ello se generó a pura asociatividad –reveló el docente de la Dirección de Educación Continua de la U. Mayor- con la visión que los emprendimientos complementarios pueden “conversar” en paralelo.
Pero esta cadena de valor tiene que estar bien hilvanada. Puso como ejemplo, que si hay un centro turístico a 50 kilómetros de una ciudad grande, y la conectividad la realiza una línea de buses deficiente, todo lo que haya en aquel recinto, aunque sea de primer nivel, se va a resentir.
Asimismo, la importancia de la complementariedad es vital a la hora de hacer crecer el mercado. Una mala jugada, puede literalmente “matarlo”.
“Cuando alguien se pone con un negocio de papas fritas, y le va a bien, la gente pone otros negocios de papas fritas al lado. Lo único que hacen es dividir las ganancias y eso no es rentable. Lo que hay que hacer es, si va gente a ese negocio de papas fritas, ver qué es lo que necesita ese cliente de manera anexa, para poder así ofrecérselo”, aseguró Sepúlveda.
Finalmente hizo hincapié en la obtención de habilidades blandas.
“El método para generar el plan de negocios está ligado al conocimiento, y todo lo relacionado a las habilidades duras. Pero igualmente importante es manejar la otra parte, el cómo llego a la gente con mi idea”, expresó.
En ese ámbito, caben cuestiones como manejar la presión, tolerancia a la frustración, relacionarse con otras personas y saber comunicarse.
“Un emprendedor que quiere asociarse y luego ser exitoso con su proyecto, debe ser capaz de generar empatía con otros. Muchos grandes negocios han fallado por la incapacidad de un emprendedor de relacionarse. Es parte de la capacitación que necesita un emprendedor”, concluyó Sepúlveda.
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