Durante el verano la temperatura se eleva considerablemente, incluso en algunas ciudades de nuestro país los termómetros han alcanzando los 37 grados.
Para aliviar la sensación de calor durante el día las personas optan por estar en espacios con aire acondicionado, beber agua casi congelada, tomar helados y mojarse la cabeza. No obstante a que en la noche baja la temperatura, no es lo suficiente como para estar cómodos en la cama, provocando que a muchos les cueste conciliar el sueño e incluso sufran de insomnio.
Para combatir las noches calurosas y poder descansar mientras se duerme, Julia Ortiz, Directora de la Escuela de Salud de AIEP, nos entrega las siguientes recomendaciones:
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Durante el día hay que hidratarse tomando mucho líquido, por lo menos tres litros de agua, de esta manera el cuerpo se mantendrá hidratado hasta la noche.
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Hay que evitar el consumo de cafeína, alcohol y bebidas energéticas. La ingesta de estos líquidos puede provocar alteraciones en el ritmo cardiaco que interrumpirá el sueño. Por su parte, el alcohol impide alcanzar la fase profunda de sueño.
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Se debe mantener ventilada la habitación para que no se concentre calor, además durante las horas de mayor temperatura es ideal mantener las cortinas y persianas cerradas para evitar el calor que desprende el vidrio.
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No hay que realizar ejercicios antes de dormir pues la práctica de deportes libera adrenalina y noradrenalina lo que hace que el cuerpo se sienta activo. Es mejor hacer alguna técnica de relajación que permita conciliar el sueño de manera más rápida.
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Antes de dormir hay que tomar una ducha tibia de cinco minutos, el agua a esa temperatura ayuda a tener una sensación de fresca más duradera.
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El pijama de algodón es el más cómodo para las noches de calor ya que permite la absorción de la transpiración. Al contrario de lo que se creer dormir desnudo no es lo más recomendable puesto que no se evapora la humedad que existe entre el cuerpo y la cama.
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Es bueno también tratar de dormir de lado porque es la posición que menos se pega a las sábanas, prolongando la sensación de fresco.
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Para la cena de la noche hay que preparar comidas livianas a base de verduras, se deben evitar las grasas saturadas porque necesitan mucha agua para su digestión.
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Si su economía lo permite es ideal tener un ventilador o aire acondicionado pequeño en la habitación para que refresque el ambiente pero que no lo coloque frente a usted sino de forma indirecta. La idea es que el espacio esté unos 22 grados para que no sea tanta la diferencia con la temperatura real.
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