El diputado DC René Saffirio calificó hoy como “un mal chiste y una vergüenza que es impresentable frente a los ciudadanos que en la nueva ley que regula el financiamiento de política, se haya establecido el aporte anónimo de las personas a los partidos y a las campañas”.
El parlamentario, quien votó en contra de dicha norma, señaló que “esto es impresentable y yo he señalado que no estoy disponible para prestarme para ningún tongo que tuerza la voluntad de hacer transparencia absoluta y total respecto de la forma de cómo se financian las campañas”.
“Cuando se inició la discusión de la poca transparencia del financiamiento de la política, tanto de los partidos como de los candidatos, estuvimos de acuerdo en eliminar los aportes reservados de la ley, pero se inventó la figura de los aportes anónimos, y como ello se rechazó en la Cámara de Diputados en el primer trámite, ahora, tras la insistencia del senado en ello, se inventa la figura del aporte menor sin publicidad de la identidad el aportante”.
“En plena democracia no tiene ningún sentido mantener oculta la identidad del aportante a un partido o a una campaña, ya que es inconcebible pensar que en plena democracia se persiguiera a quienes realicen ello, ya que nuestro sistema garantiza que las personas puedan hacer sus aportes son recibir rechazos o sin tener ningún tipo de perjuicios, sea de orden político, patrimonial o laboral”.
El diputado Saffirio agregó que “si se da una persecución, hay que buscar otro mecanismo para que ello no se produzca, para defender el derecho de las personas de poder donar libremente a quien le parezca, pero no inventar esta figura entre 4 paredes que en definitiva lo único que hace es poner un tremendo manto de dudas sobre el funcionamiento y el financiamiento del sistema político en Chile”.
“Si estamos tratando de hacer transparencia, hagámoslo, pero con la valentía suficiente para entender que todo peso que ingresa a cualquier campaña o a cualquier partido, tiene que ser conocido su origen”.
“Lo aprobado trae como consecuencia, que por ejemplo, si fuera candidato a diputado nuevamente, en mi nuevo distrito, está autorizado un gasto electoral de máximo de aproximadamente $ 230 millones y con esta norma, que permite que hasta el 20 % del total del gasto autorizado se pueda entregar vía aportes anónimos, este monto desconocido pueda ser de hasta $46 millones y con ese dinero puedo financiar la totalidad de mi campaña electoral en el nuevo distrito, sólo con aportes cuyo origen se ignora y eso no me parece aceptable”.
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