Dado el bajo crecimiento económico, no hay recursos como para realizar un reajuste que supere con creces el IPC, y en ese escenario, el gobierno no supo darse a entender frente a los gremios, ni anticiparse para evitar la situación actual. Queda la sensación de que no se ha hecho todo lo posible para dar término al paro de los funcionarios públicos, que está afectando directamente la calidad de vida de la población chilena.
El paro lleva ya 20 días, periodo en el que se han postergado 30 mil consultas médicas y 8 mil cirugías, muchas de ellas a personas que estaban esperando desde hace más de un año, y que ahora no saben hasta cuándo deberán esperar. Además se ha ido acumulando basura a lo largo de todo el país, lo que genera un alto riesgo sanitario, que amenaza con aumentar las ya largas listas de espera en salud. Cabe recordar que los Servicios de Salud que dependen de los municipios también se encuentran funcionando con turnos éticos.
Quienes no han requerido de los servicios del Estado, son incapaces de dimensionar el daño que se genera con el paro, pero hay personas que han perdido a algún ser querido, y se han topado con que el paro del Servicio Médico Legal no les entrega los cuerpos de los fallecidos, y deben esperar hasta una semana para poder despedirlos correctamente. Por otra parte, hay personas que pierden beneficios porque para obtenerlos necesitan documentos y certificados que se obtienen en el Registro Civil.
¿Cómo es posible que se prolongue tanto esta negociación, teniendo en cuenta las dramáticas consecuencias que trae la paralización del sector público? Los resultados del desorden que impera en el Gobierno, y al interior de su coalición, son sufridas por las personas que más necesitan del Estado, que a través de este Gobierno no ha dado respuesta a los trabajadores del sector público, como tampoco ha sido capaz de generar un plan de contingencia que permita atenuar los efectos del paro en la población.
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