Como Coronel en retiro poco y nada sé sobre “lo políticamente correcto”, pero algo he aprendido sobre el honor, la lealtad, el ethos, las virtudes cardinales y también las teologales.
Cuando los partidos políticos y en general las instituciones, reniegan sus raíces y se esmeran por ser deshonestos con sus principios valóricos, es porque poco y nada les queda de existencia. Un partido político que se hace daño así mismo y a los demás, en una sociedad cada vez más exigente en lo valórico, es imposible que sobreviva.
Por lo mismo y sin necesidad de ser muy inteligente, como animal político – que somos todos los ciudadanos – creo que Renovación Nacional se está cayendo a pedazos y que a la Unión Demócrata Independiente le queda poco. Es imposible pretender estar bien con Dios y con el diablo. Una ambigüedad que los corroe día a día. Hoy la política necesita honestidad, alma, corazón, pasión. No por el dinero y los números, sino con los ciudadanos.
Como a la derecha económica le gusta tanto hablar de números entonces hagamos el siguiente ejercicio: Si tenemos un candidato presidencial que es honesto y habla con la “pura verdad”, démosle un valor igual a 1. Si además es inteligente sumémosle un 0 y su valor será igual a 10. Si además es capaz, súmele otro cero y tendremos un valor igual a 100. Pero si pierde el 1, que corresponde a un valor ético y moral, perderá todo su valor. Solo le quedarán los ceros. Así de simple. Sin valores éticos y morales, no queda nada. Solo corrupción y malos políticos.
Christian Slater Escanilla
Coronel (R).
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