Sergio Campos
Decano de la Facultad de Comunicaciones, U.Central
La movilización masiva de las estudiantes de la educación superior marca un hito trascendente en la lucha del feminismo, por terminar con el freno para la construcción de una verdadera sociedad democrática en que transitemos de un sistema de dominación a un estadio de igualdad en que se reconozcan las diferencias.
La serie de reivindicaciones que hemos conocido en el último lapso, se inscriben en la historia cuyo desarrollo se remonta en el tiempo por una serie de derechos y libertades. Se trata de romper con una concepción cultural retrógrada y que cuestiona severamente la institucionalidad. Julieta Kirkwood, socióloga y cientista política, representante del feminismo moderno en Chile y América Latina trabajó por la recuperación de la historia de las mujeres y su participación en la política. Los cambios que se requieren deben hacerse desde la política en el sentido más profundo. No solo desde la legislatura. El campo educacional en todos sus niveles es el ámbito más fértil para la construcción de saberes y el cambio de conductas del grupo social. Es urgente un trabajo creativo e imaginativo en que el lenguaje será una herramienta esencial.
La revista ‘Sábado’, publicó un reportaje sobre “El Director Sin Filtro”, de amplia repercusión en la opinión pública por la connotación de Nicolás López como director de cine. Ocho actrices lo acusan de graves conductas, que van del acoso laboral al acoso sexual.
Sin duda el movimiento de las mujeres ha sido fundamental para que los medios asuman un rol protagónico en la temática de la supremacía del poder masculino, que en el campo mediático y educacional era un secreto a voces.
El caso de un director de TV acusado por siete mujeres de acoso laboral y abuso sexual, la situación de un profesor universitario que le dijo a una estudiante “usted viene a dar una prueba o a que la ordeñen” y ahora el caso de López con lujo de detalles, nos dice “NO MÁS”.
El creador de varias películas con harto marketing, se defiende, niega el abuso y el acoso. Se victimiza cuando afirma que eran sus amigas e insinúa que hay traición. Pide perdón cuando ha pronunciado frases: “tienes que ser más zorra, más puta para triunfar”. O que el baile es una prueba de como una mujer tiraría (tener sexo).
A primera vista aparece como depredador que se siente superior y a todas luces, por el video de la disculpa, no tiene emociones. Ojalá el debido proceso diga la verdad final.
Estos casos, los de la iglesia católica y otros, que todavía no se conocen, nos dicen que se requiere un trabajo urgente en toda la línea de una sociedad, que debe asumir que la vigencia de los derechos humanos en Chile es todavía muy incompleta.
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