Académico Escuela de Derecho
Universidad Bernardo O´Higgins
El empleo es un tema sensible para el común de las personas, una preocupación permanente que afecta la sociedad en su conjunto.
Las cifras macroeconómicas recientes muestran buenos augurios, comenzando con el desempleo que anotó un 6,9% el primer trimestre del 2018, cifra enmarcada dentro de parámetros económicos considerados como “pleno empleo”. A eso se suma que, recientemente, el Banco Central proyectó un mayor crecimiento situado entre el 3% y 4% para la economía, lo cual es bastante auspicioso, ya que se comienza a salir del estancamiento económico arrastrado por varios años.
Todo trabajador quiere tener un buen trabajo con estabilidad laboral que le permita cierto grado de seguridad, especialmente al momento de enfrentar obligaciones financieras presentes y futuras. Se transforma entonces el empleo, en una herramienta capaz de generar satisfacción de las necesidades básicas del ser humano, si se mira desde el punto de vista del sustento personal y familiar.
Asimismo, de acuerdo a la última encuesta efectuada por laborum.com sobre las expectativas de empleo para este año, un 40% de los consultados piensa que lo mantendrá, mientras que un 35% que mejorará y un 42% que encontrará trabajo en los próximos meses.
Estos porcentajes muestran optimismo en la ciudadanía, una condición mental importante que potencia la disposición y las expectativas para el crecimiento del país, elementos clave para avanzar como sociedad en búsqueda del ansiado “país desarrollado” que queremos.
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