Mientras el joven Lafquenche, Diego Ramírez Liencura, fue seleccionado por su innovadora iniciativa de investigar y producir el Muday, bebida fermentada ancestral del pueblo Mapuche, Anarrosa Opazo se la juega por crear una academia para capacitar en repostería artística a emprendedoras desde Metrenco hasta Puerto Saavedra y Sebastián Vivanco solucionar el problema del agua con energía renovable.
Diego Ramírez Liencura hoy tiene 28 años y a los 14 dejó su comunidad en Teodoro Schmith, provincia de Cautín, para trasladarse a Temuco donde vivió en un internado para terminar su Enseña Media y se tituló de Biotecnólogo en la Universidad de La Frontera. Una profesión que le permitió involucrarse con el área de desarrollo de bebidas, desde el campo de la investigación y la producción industrial, al trabajar como microbiólogo en Coca-Cola Embonor, en Temuco.
La idea de este emprendimiento, cuenta este joven Lafquenche, nace de un período de inestabilidad laboral por el que él pasó y así nace la idea de emprender. “En febrero del año pasado me encontraba saliendo de un trabajo sin tener seguridad para continuar y productor de eso, un amigo me comentó la idea de emprender”.
Respondiendo a la necesidad de contar con fuente laboral estable, a la resolución de una problemática y de una falencia del mercado, es que se le ocurrió robustecer el patrimonio agroalimentario de la cultura mapuche a través del desarrollo de la propuesta “Lafqen”, bebida fermentada que se basa en el Muday, una tradicional bebida mapuche.
Este es un proyecto que está en la etapa embrionaria, y que con el apoyo de FIA (Fundación para la Innovación Agraria), se está trabajando en la habilitación de espacios y del desarrollo de la fórmula. Partió con una acuciosa investigación del mercado realizada por Diego y de la cual se desprende que la oferta gastronómica mapuche, en lo que se conoce como etnoturismo, está en pañales y no alcanza el nivel de seguridad alimentaria que requiere el turista.
“El turismo es una palabra muy amplia, y ahí vi su potencial. Hay mucha oferta alimentaria casera que puede generar susceptibilidad hacia los alimentos de la gastronomía mapuche. Por eso es importante dar el siguiente paso, robustecer nuestras cultura como mapuches y a la vez mejorar nuestra oferta alimentaria”, detalla Diego.
El Muday se elabora de acuerdo a las materias primas recolectadas en el lugar de origen. Estas van desde el piñón, arveja, trigo, maíz o quinua. “Estimo que bajo una misma fórmula se puede hacer la misma bebida, pero con distintas semillas que depende del lugar donde se elabore”, precisa Diego, quien proyecta que con su emprendimiento superará la el umbral de lo casero, para profesionalizar su elaboración.
“Mi apuesta en los próximos 5 años es que la gente visualice que también se puede emprender con productos 100 % locales y mapuches. Creo que el rescate del patrimonio agroalimentario es posible a través de la investigación, el desarrollo y la innovación”, recalcó el Biotecnólogo.
“Concursos como Impulso Chileno son una buena oportunidad para los emprendedores. Valoro que no se pida cofinanciamiento y se financie la idea”, destacó Diego.
“Estoy estudiando y practicando para ganarme los 10 millones”
Hace 4 años atrás, Anarrosa Opazo (25), compartía dos pasiones en su vida. Su carrera, de Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Católica de Temuco, por lo cual tuvo que dejar a su familia en Valparaíso, y el gusto por la pastelería heredada de su madre, quien además era comerciante.
Partió haciendo trueques de sus elaboraciones en comunidades de Facebook hasta que tomó tal revuelo que comenzó a comercializarlos y tuvo que optar.
“Empecé a tener muchos pedidos, partí con 5 y después 100 cupcake. Mi carrera era muy demandante en cuanto estudio y tuve que tomar la decisión de congelar”.
Así comenzó a dedicarle todo su tiempo a la repostería artística, comercializando tortas a pedidos desde Metrenco, pasando por Galvarino, Licanray, Pucón y Villarrica, hasta Puerto Saavedra. Aunque el 80% de sus ventas se concentran en Temuco.
Y es que en el sur, cuenta esta joven emprendedora, mamá de una hija de 7 años, hay mucha repostería pero casera. “Muchas niñas y mujeres que se dedican a ello de forma más amateur sin preocuparse de la presentación del producto”.
Esa es la razón que motiva a Anarrosa a estar contenta por haber quedado seleccionada entre los 60 emprendedores de Impulso Chileno, porque así podrá contar con un lugar físico donde pueda comercializar sus productos y hacer los talleres a emprendedoras, con el fin de darles un valor agregado a su trabajo.
“Estoy estudiando y practicando para ganarme los 10 millones”, dice optimista.
Arete hidráulico promete solucionar abastecimiento de agua de manera ecológica
Sebastián Vivanco, es el emprendedor más longevo del concurso Impulso Chileno, con sus 74 años. Es de Traiguén y desde 1980 se dedica a la fabricación de arietes hidráulicos para la impulsión o bombeo del agua, que funciona sin combustible ni electricidad.
Su propuesta de emprendimiento está enmarcada en lo que son las energías renovables y dirigidas a solucionar las necesidades de abastecimiento de agua, tanto para consumo doméstico como para riego por lo general en lugares en donde no llega la electricidad, en particular las zonas cordilleranas.
Por ello se enfoca principalmente en la fabricación de arietes hidráulicos para la impulsión de agua.
“He hecho varios arietes hidráulicos, para el lado de la cordillera porque las bombas se revientan por el frio y quedan sin agua. Con este aparato, en cambio, no tienen ningún problema de quedar sin abastecimiento. Funciona igual no más, porque son de acero carbónico, de mucha resistencia. Además no contaminan ni nada y bombea el agua por fuerza gravitacional, de una cota piezométrica (agua en altura)”.
Además explica que el agua y el aire que quedan dentro de la cámara hidráulica, son las que hacen de motor.
Cuenta que desde niño siempre le gustó el tema del agua y se dedicó a hacer estos aparatos porque las mismas personas se lo pedían. En total ha fabricado entre 30 y 35 arietes, desde que partió con este emprendimiento en 1980.
“Es un artefacto ecológico, pues no emite residuos de ningún tipo y además no tiene costo de mantención en relación a otros equipos que requieren gasto de energías”, cuenta Sebastián.
La final será en enero
Impulso Chileno es un concurso de emprendimiento patrocinado por la Fundación Impulso Inicial, de Andrónico Luksic Craig y su familia, en colaboración con la incubadora Socialab y la Escuela de Administración UC. ¿Su objetivo? Apoyar a los emprendedores chilenos que tengan una idea o negocio para sacar adelante sus proyectos. En su segunda versión, el concurso premiará a los 60 seleccionados finales; los 20 primeros lugares recibirán $10 millones, los 20 que les secundan recibirán $5 millones y los 20 terceros serán beneficiados con $3 millones en financiamiento para su proyecto. Además contarán con el apoyo durante 6 meses de los mentores del MBA UC y clases con profesores de la Escuela de Administración UC. Impulso Chileno recibió más de 5.000 postulaciones, de las cuales se obtuvieron 200 semifinalistas. El 15 de octubre se dieron a conocer sus 60 finalistas. La final está programada para enero de 2020.
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