Paciente se encuentra disfrutando de lo que él llama “una nueva vida”
Luego de 3 años de diálisis, Jorge Provoste, de 56 años, recibió el esperado llamado desde el Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena para comunicar que, gracias a la donación de una familia de Santiago, había llegado un riñón compatible con él.
Según indicó el médico nefrólogo encargado de la intervención, Dr. Rodrigo Cortéz, la cirugía se desarrolló con éxito y la evolución del paciente fue muy satisfactoria ya que al octavo día de hospitalización el paciente pudo irse de alta y reiniciar la vida que había cambiado radicalmente con la falla renal que lo aquejaba.
“Para nosotros como equipo médico encargado del Programa de Trasplante, la intervención fue exitosa ya que, aunque el riñón donado no comenzó a funcionar inmediatamente de forma perfecta, sí fue de forma temprana, incluso sin necesidad de apoyo con diálisis. La evolución favorable permitió que estuviera sólo tres días en UTI, cinco en medicina y hoy podemos darlo de alta lo que calificamos como exitoso porque, aunque la evolución de un paciente trasplantado, siempre es relativa, generalmente es más lenta” explicó el especialista.
Donación
María Cecilia Provoste, hermana de Jorge, se mostró feliz con la noticia. “Para nosotros como familia el llamado fue milagroso, lloramos de alegría. Con esto le cambia la vida a mi hermano ya que por la diálisis tuvo que dejar de trabajar su colectivo, para comenzar a vivir con una pensión de invalidez y depender de una máquina 3 veces a la semana. Esto es como nacer de nuevo y vamos a apoyarlo en todo” comentó.
El trasplante de Jorge fue posible gracias a la voluntad de una familia cuya decisión cambió por completo la vida de Jorge. Al respecto Cecilia Provoste realizó un fuerte llamado a todas las personas para ser donantes “hay mucha gente que está esperando algún órgano para seguir viviendo y para qué llevárselos si uno puede dejar una huella aquí en la tierra y dejar parte de su ser querido viviendo en otro cuerpo”.
Programa de trasplante
Arlette Senn, enfermera coordinadora del Programa de Trasplante del Hospital de Temuco, explicó que luego de que el paciente está con todos los pases médicos y con estudios pre trasplante completos, se inicia la tipificación, que es una muestra de sangre que se envía al ISP y, una vez que está el resultado, el paciente es ingresado a la nómina de lista de espera donante cadáver manejada por ellos. “Nosotros felizmente fuimos seleccionados como primera opción con este paciente ya que fue el más compatible con el donante y cumplía todos los criterios. Tuvo mucha suerte ya que es una persona que se encontraba muy bien preparada, con todos sus pases al día, activo en la lista de espera, en muy buenas condiciones clínicas, con una edad favorable y el riñón que venía desde Santiago también venía en excelentes condiciones por lo que igual favoreció su recuperación”.
“El año 2017 se realizaron 9 trasplantes renales, el 2018 tres y este año llevamos 2. Según la coordinadora de trasplantes la baja de donantes ocurrida el año 2017 se debe a muchos factores, entre otros que no hubo donantes efectivos en Temuco, no hubo procuramientos y lo otro es que si bien existe una lista de espera de donante cadáver existe otra paralela donde un donante vivo entrega un órgano a un receptor de la familia (padres, hijos, etc.) “por lo que nuestro desafío este es fortalecer este programa donde se puede donar hasta la tercera generación familiar y además la ley avala la donación no consaguínea cuando esta se trata de parejas que lleven más de tres años juntos demostrado ante notario y matrimonio con libreta.
Mitos Aclarados
Cabe señalar que un trasplante de riñón se puede dar en dos modalidades que son donante cadáver o donante vivo. Este último se refiere a que un familiar sano dona riñón a un familiar que tiene una falla renal severa. En tanto, el donante cadáver se refiere a quien fue declarado con muerte cerebral y la familia expresa la voluntad de donar sus órganos.
Al respecto, el médico especialista expresó que “existe una grado de confusión en las personas que piensan que cuando un paciente está muy grave, los médicos vamos a querer sacar sus órganos o hacer algún tipo de cirugía antes de fallecer”. Sin embargo, Cortez explica que una persona que es diagnosticada con muerte cerebral es aquella que “no tiene posibilidad de respirar por si solo pero, para certificar esto, existen protocolos muy estrictos y estandarizados. Primero el paciente debe ser diagnosticado por un médico especialista que, generalmente, es neurólogo quien a través de diversos exámenes de sangre, imágenes y test de apnea, en caso de que este último salga positivo, es decir, que no se están enviando señales cerebrales al resto del organismo, aun cuando los otros órganos puedan seguir funcionando. Una vez de que a través de estos exámenes se asegura de que no haya ningún tipo de paso de información, después de que han pasado muchas horas en la misma situación y se vuelve irreversible, el médico certifica la muerte cerebral. Ante la más mínima duda o posibilidad de mejoría y/o sobrevivencia no se declara la muerte” enfatizó.
Actualmente el Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena de Temuco registra 80 pacientes en lista de espera de los cuales 60 son activos, es decir, que poseen las condiciones ideales para ser evaluados y se encuentran a la espera del llamado que les comunica la existencia de un órgano compatible.
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