Fatiga, sueño, irritabilidad o falta de apetito son algunos efectos del retraso horario que tendrá lugar este fin de semana, y para lo cual los padres deberán saber manejar los efectos adversos que causa en los más pequeños.
El próximo sábado 6 de abril las agujas del reloj deberán retrasarse en 60 minutos. Algo tan simple como atrasar la hora puede transformarse en todo un problema para los más pequeños porque para ellos “el cambio de una hora es demasiado brusco y afecta su ritmo biológico, especialmente en cuanto a comidas y sueño”, afirma la psicopedagoga de la Red Educacional Cognita y del Colegio Pumahue, Lizette Lacourt.
Para los niños no existe la noción de tiempo representacional y por lo tanto su temporalidad está determinada por índices o eventos ambientales, como por ejemplo: “Hay que ir a dormir porque está oscuro” o “no está oscuro, no hay que acostarse”.
Según la profesional mientras menos edad tengan los niños, más dependen de estas variables. “Como nuestros ritmos circadianos están adaptados al día y a la noche, cuando hay un cambio de hora se produce en ellos una alteración. El sueño está regulado por estos ritmos, de manera tal que el cambio de hora puede provocar alteraciones al dormir y descontrol en la realización de actividades cotidianas», explica.
Efectos durante el día
Los efectos típicos que el cambio horario provoca en los más pequeños son cansancio, fatiga, dificultades para concentrarse, menor rendimiento escolar, irritabilidad o falta de apetito. “Pero no hay que alarmarse en unos cuantos días, la prueba del cambio de hora suele estar superada”, señala Lizette Lacourt.
En definitiva, el consejo de la especialista educacional es ser tolerantes con los cambios que el niño experimenta “y acomodar paulatinamente el nuevo horario a las demandas del pequeño”. Para ello, sugiere construir hábitos o rutinas adecuadas, como realizar actividades tranquilas antes que se acuesten, contarles cuentos, bañarlos con agua tibia, dibujar, y distintas actividades que no sea ver televisión o jugar a la pelota.
Consejos de adaptación
• Atrasar un poco cada día las actividades rutinarias de juego, comida y sueño para así hacer una transición más suave de los horarios.
• Evitar que el niño/a utilice pantallas antes de irse a dormir, pues se ha comprobado que la luz azul influye negativamente en el sueño de los niños/as.
• No compensar el cansancio con siestas, esto podría alterar más nuestro reloj interno.
• Hacer ejercicio durante el día, de esta forma activaremos nuestro cuerpo, dando energía para poder llegar en mejores condiciones al final del día.
• Explicar a los niños/as que se va a oscurecer más temprano, es importante conversar con ellos los cambios que van a suceder, recordando que ellos necesitan entender lo que los rodea, comprendiendo que es un período de adaptación.
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