Así lo indica un estudio del Servicio Jesuita a Migrantes y Fundación Avina, que también muestra que el aumento de la migración en el país no ha afectado la tasa de desempleo ni los sueldos en el mercado laboral.
Ante el contexto actual que vive el país producto de la crisis sanitaria y la repercusión económica que esto conlleva, se ha seguido acrecentando el mito que busca responsabilizar a los migrantes por el desempleo y la baja en los salarios, sin embargo, los datos demuestran lo contrario.
Según el estudio “Impacto de la población migrante en el mercado laboral y arcas fiscales entre 2010 y 2019” realizado por el Servicio Jesuita a Migrantes y la Fundación Avina”, el ingreso fiscal ha aumentado del orden de un 0,5% del PIB anual promedio entre el 2014 y el 2017. Esta contribución positiva se calcula utilizando estimaciones del ingreso directo que generan los migrantes a través del pago de impuestos directos y multas, como también del ingreso indirecto que producen al pagar el IVA y otros impuestos indirectos.
Pero ese no es el único factor positivo, ya que el estudio afirma que, si se considera que la población migrante representa un 8% de la fuerza laboral, su contribución al PIB es del orden del 4%. Asumiendo una tributación media del 20% sobre el ingreso, aporta anualmente un 0,8% del PIB adicional al 0,5% promedio por concepto de aumento del PIB, lo que aumenta su contribución fiscal neta en 1,3% anual: ello equivale a US $4.000 millones.
“Enfatizar dicha contribución positiva en este estudio, más que para medir cuánto aporta la población migrante -y así validar su presencia en Chile- tiene el fin de desmitificar la percepción de que el migrante está en deuda constante con el país que lo recibe. Vemos que en realidad estaría recibiendo menos de lo que entrega” señaló Pablo Roessler, responsable de Estudios del SJM.
Capacidad de empleo
La primera pregunta que surge al pensar en el impacto económico de los migrantes en el mercado laboral es si dada la creciente llegada de trabajadores y trabajadoras migrantes al país el desempleo de los chilenos ha aumentado. De acuerdo con el estudio realizado por Fuentes y Vergara (2019), con datos de la encuesta CASEN, la tasa de desocupación entre chilenos y personas migrantes no es estadísticamente diferente al año 2017, observándose un aumento del desempleo para los migrantes desde el 2013, pero no para los chilenos. Sin embargo, la participación de los migrantes en el mercado laboral fue mucho mayor que la de los chilenos. En efecto, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Empleo de julio-septiembre 2019 y la encuesta Voces Migrantes, la tasa de ocupación de migrantes (77%) es mucho mayor a la de los chilenos (57%) (Servicio Jesuita a Migrantes, 2020).
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (2020), durante el trimestre abril-junio 2020, la tasa de desocupación alcanzó un 12,2% incrementándose 4,9 puntos porcentuales respecto al año pasado. Es más, la tasa de desempleo de la región Metropolitana, donde se concentra la mayor cantidad de migrantes en el país, alcanzó un 12,8%. En cuanto al desempleo migrante, de acuerdo con el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el desempleo de personas extranjeras llegó a un 15,7% comparado al 11% de los chilenos (Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, 2020).
En segundo lugar, es necesario preguntarse si los salarios han caído conforme la llegada de migrantes al país. Tal como señala la Comisión Nacional de Productividad (CNP) en su informe del 2018, no hay evidencia de que los sueldos promedio hayan disminuido su crecimiento durante el período de llegada acelerada de migrantes al país a partir del 2015 (Comisión Nacional de Productividad, 2018). Es más, durante este período, las remuneraciones reales crecen a mayor velocidad que la productividad.
Más aún, las ocupaciones donde existe mayor presencia de migrantes experimentaron un crecimiento promedio anual de sus salarios reales en torno al 2%, superior al crecimiento de la productividad durante esos años
“El estudio vuelve a reafirmar que, en una década donde existió un gran incremento de población migrante, las tasas de desempleo se mantuvieron más bien estable (entorno al 7% y 8%), aumentando más significativamente recién en el trimestre abril-junio 2020, por razones que todos y todas conocemos, y que nada tienen que ver con la población extranjera” aseguró Pablo Roessler, responsable de Estudios del SJM.
Conoce acá más detalles del estudio.
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