No olvidemos el espíritu de la medida

IMG_3130 (2)Por Humberto Salas Jara

Académico Facultad de Administración y Negocios

Universidad Autónoma de Chile

La reforma constitucional que aprueba el retiro del 10% de los fondos existentes en las cuentas de capitalización individual de los chilenos en un escenario excepcional de emergencia por Covid-19, es una medida nunca vista que requirió de acuerdos políticos centrados en mitigar la precaria condición económica en la que se encuentran hoy muchas familias en términos de empleo e ingresos, se sitúa además en un momento en que nuestra economía enfrenta la peor crisis de los últimos treinta y cinco años.

Es sabido que las recesiones siempre pegan más fuerte al trabajador informal, al independiente o con empleo inestable, al emprendedor y al microempresario, en consecuencia, son ellos quienes en mayor medida se verán beneficiados con el acceso a estos fondos que permitirán dar un respiro a sus finanzas personales durante un tiempo. Estemos o no de acuerdo con esta disposición, es una realidad que se transformó automáticamente en un derecho para los trabajadores que poseen ahorros previsionales, sin embargo, es siempre necesario hacer un llamado a la prudencia.

Si bien, debemos empatizar con aquellas familias que tienen necesidades básicas no cubiertas y deudas por pagar que perturban su calidad de vida, para quienes hoy salir de este abismo es mucho más complejo y probablemente se requiera de paquetes de medidas adicionales de apoyo, corresponde enfatizar para quienes realicen estos retiros cuidar sus recursos y administrarlos de forma responsable, pensando en mañana.

Aun cuando existe libertad personal para administrarlos, las altas tasas de endeudamiento de los hogares y de morosidad indican que nuestro comportamiento históricamente no ha sido el adecuado, es por lo que debemos tomar conciencia.

La misiva es no olvidar el espíritu de la medida, para quienes lo necesitan lo lógico es gastar con moderación y cautela, para quienes no es prioritario considerar ante todo el costo de oportunidad de estos recursos y que las decisiones que tomemos hoy necesariamente afectarán positiva o negativamente nuestro bienestar mañana.

Pensemos que aún no hemos presenciado los efectos reales que la pandemia traerá al aparato productivo de la economía, al mercado laboral y a los ingresos, se han destruido miles de puestos de trabajo durante el último tiempo, equivalentes a los generados en la última década y recuperarlos tardará no solo algunos meses, sino años.

A nivel macroeconómico, si bien esta inyección de recursos activará el consumo, el efecto será acotado dado que el aumento de los ingresos es parcial, no sistemático y no necesariamente va de la mano con una reactivación del mercado laboral, es por lo que la sensatez es fundamental en estos tiempos.

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