Nutricionista Red Educacional Cognita
Según la Junaeb, casi un cuarto de los escolares chilenos presenta actualmente obesidad u obesidad severa, pudiendo estar menos preparados para afrontar una patología, al tener un sistema inmunológico más débil.
La vuelta a clases suele representar un riesgo en su alimentación, por cuanto las colaciones tienden a incluir alto contenido de azúcar, bebidas gaseosas y comida chatarra.
El coronavirus llegó a Chile y los riesgos de contagio son altos, tanto en la población adulta como infantil. Uno de los grupos más propensos a contraer la enfermedad es la población obesa, que debido a su mala alimentación suele tener un sistema inmunológico menos preparado para resistir cepas como ésta, que se ha ido convirtiendo en una epidemia a nivel mundial.
Las cifras de obesidad y sobrepeso de los chilenos ubican a nuestro país en el primer lugar entre los 36 países de la OCDE, que indican que el 74% de la población adulta tiene malnutrición por exceso. En buenas cuentas, esto significa que Chile presenta la tasa más alta de obesidad y sobrepeso, habiendo incluso superado a México y Estados Unidos.
EFECTOS EN LA POBLACIÓN ESCOLAR
La obesidad también muestra un crecimiento constante en los últimos 10 años en la población escolar menor de 15 años, llegando al 23,5%, lo que ha implicado la aparición de diabetes y trastornos hepáticos en nuestros niños.
“En nuestro país no hemos sabido combatir efectivamente esta verdadera “pandemia” que es la obesidad y el sobrepeso; en Chile ya afecta al 52,2% de los escolares menores de 15 años. La cifra ha aumentado un 22,5% en sólo 10 años y debería alentarnos a cambiar nuestros hábitos de vida y alimentación”, señala la nutricionista de la Red Educacional Cognita, Francisca Jiménez.
La especialista agrega que, según el Mapa Nutricional 2019, elaborado por Junaeb, la obesidad en los niños ha aumentado progresivamente en últimos 10 años (2009-2019). En alumnos de primero básico esta condición pasó de un 47% a un 50,9%, y en adolescentes de primero medio subió de un 35,3% a un 47,5% en el mismo período.
En el caso de los niños de kínder y prekínder, la prevalencia se ha mantenido constante, bordeando el 50% desde 2009. En alumnos de 5° básico sólo hay registros de los últimos dos años, pero son demoledores: el 59,4% padece obesidad o sobrepeso. Entre los factores asociados aparece un bajo consumo de frutas y verduras, alta ingesta de bebidas gaseosas, dulces y comida chatarra.
En el escenario actual, con el coronavirus presente en Chile, para la población “es fundamental mantener una alimentación equilibrada que busque fortalecer el sistema inmunológico, para ello es importante aumentar la ingesta de frutas, verduras, lácteos y alimentos proteicos, como son las carnes, el huevo y las legumbres, permitiendo de este modo reforzar nutrientes críticos como vitaminas y minerales tales como: vitamina C, zinc, hierro o magnesio que fortalecen las defensas del organismo”, puntualiza la especialista.
VIDA SALUDABLE
Jiménez explica que, basados en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la Red Educacional Cognita desarrolló un Programa de Nutrición y Vida Saludable, que aplica en los colegios Pumahue y Manquecura a partir de educación parvularia hasta cuarto básico, incluyendo actividades transversales para todos los niveles, llegando hasta 4° medio.
Su objetivo es sensibilizar a los menores y sus familias sobre la importancia de realizar actividad física y llevar una alimentación variada y equilibrada. “La alimentación y el ejercicio físico son considerados como una de las bases fundamentales para el buen estado de salud y el desarrollo integral de cada persona. Además, el niño que adquiere éstos hábitos durante la infancia es más probable que los mantenga durante la edad adulta”, afirma Francisca Jiménez.
Para la nutricionista de Cognita, la vuelta a clases representa un factor de riesgo que hay que considerar, pues los escolares suelen llevar de colación o almuerzo una comida con alto contenido calórico, grasas y azúcar. A continuación, entrega sugerencias y pautas alimentarias para incluir en los almuerzos o colaciones de los niños:
Se recomiendan 4 comidas principales al día, más 1 colación.
ü El desayuno y la once deben estar compuestos por un lácteo, una fruta y una porción de cereal (cereales, pan, avena, galletas de soda).
ü El almuerzo y la comida deben estar integrados por 5 elementos: verduras, proteína (carnes, pescado, legumbres o huevo), cereales, fruta y agua.
ü Las colaciones deben ser alimentos con propiedades saludables, bajas en calorías, sodio, grasas y azúcares y no deben reemplazar una comida. Se consumen a media mañana o tarde para evitar períodos de ayuno mayores a 4 horas.En este punto los niños suelen desordenarse y recurrir a la comida chatarra.
Ejemplos de colaciones saludables
ü Cereales bajos en azúcar
ü Galletas sin relleno, grisines y snacks de arroz o maíz.
ü Sándwich de pan de molde o wraps con agregados saludables como: tomate, lechuga, palta, jamón, huevo, quesillo, etc.
ü Pizzas con masa de tacos o burritos.
ü Frutas en todas sus presentaciones: picada, en brochetas, con yogurt, jalea, chips deshidratados, smoothies.
ü Verduras para untar como apio, zanahorias, pepino, aceitunas, pickles. En chips horneados como camote o zapallo italiano.
ü Huevo duros, frutos secos.
ü Aguas saborizadas, limonadas o agua pura.
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