El proyecto «Canasta de la Puebla a la Mesa: Patrimonio agroalimentario y Comercialización Online en Tiempos del COVID-19”, financiado por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, y ejecutado por ONG CETSUR, llegó a su fin durante el mes de diciembre con la realización de diversas actividades.
Aquí compartieron sus experiencias las 70 huerteras de las Mesas de Mujeres Rurales de Los Sauces, Lumaco, Nueva Imperial, Saavedra, Toltén y Pitrufquén, y de la agrupación “Pu Zomo Lafken Mapu” de la comuna de Carahue, para evaluar el logro del objetivo del proyecto que fue “contribuir al fortalecimiento de las economías locales y la recuperación del Patrimonio Agroalimentario en tiempos de emergencia sanitaria, en donde siete organizaciones de mujeres rurales de la Región de La Araucanía”.
Como primera actividad de término, el miércoles 1 de Diciembre del 2021, en el auditorio Hernán López Villanueva de la Universidad de La Frontera, se reunieron representantes de las comunas de Los Sauces, Nueva Imperial, Carahue, Saavedra, Pitrufquén y Toltén, parte del cuerpo académico del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la misma Universidad, y el Equipo Técnico de ONG CETSUR, como también de manera online se sumaron a la actividad representantes de las organizaciones y de la Universidad de Guadalajara de México, para dar cierre a los seis meses de realización del proyecto.
Herramientas para comercializar
A nombre de las participantes del proyecto, Pamela Chávez Ruiz, Presidenta de la Mesa de Mujeres Rurales de Toltén dio a conocer su punto de vista frente al proceso desarrollado: “Me siento muy agradecida, tanto por el equipo de CETSUR como de la Universidad de La Frontera que nos ha acogido. Agradecerles porque nosotros no contábamos con las herramientas para comercializar esta Canasta, desconocíamos todo lo que era tecnología, aquí se nos dieron las herramientas para poder comercializar los productos de nuestro territorio. Muy agradecida por el trabajo en equipo, por la vinculación, por la organización de todos los procesos que llevamos adelante para obtener nuestras Canastas. Si bien es cierto es una nueva forma de comercializar, es la forma que vamos a seguir utilizando y por eso tenemos que seguir trabajando para que cada una de nuestras socias puedan vender sus productos agroecológicos, con un comercio justo y reconocido por todos nuestros clientes”.
Durante la jornada se hizo presente, de manera virtual, en representación del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, Roberto Castillo Ávila, quien señaló a las y los presentes que: “Algunos atributos que quiero destacar de los profesionales de este proyecto fue su responsabilidad y preocupación por el logro de los objetivos, por el abordaje de manera integral de todo lo que involucró esta iniciativa, ya que no solo se orientó a lo comercial sino también a entregar herramientas de diseño, difusión, producción y, en especial, de relevar el trabajo asociativo de las mujeres rurales. Destacar que su ejecución se llevó a cabo en un contexto desafiante, como lo es la pandemia, sin embargo, lograron integrarse en los territorios formando redes de trabajo con las organizaciones. Así es que no me queda más que agradecer al equipo y, principalmente, a las participantes por el entusiasmo y la motivación para llevar a buen término esta iniciativa”.
Compartir experiencias
Otra actividad importante en este proceso de cierre se llevó a cabo el día el martes 07 de diciembre, las Coordinadoras de las Mesas de Mujeres Rurales de Los Sauces, Nueva Imperial, Toltén, Pitrufquén y de la Agrupación de Carahue, y el Equipo Técnico de ONG CETSUR, se reunieron vía online con Roberto Castillo Ávila, Contraparte Técnica del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, para compartir las experiencias vividas en estos seis meses de realización del proyecto. Las asistentes llevaron a cabo una evaluación de los aprendizajes logrados, relevando la importancia de “haber puesto en papel lo que teníamos en la cabeza”, refiriéndose al trabajo de elaboración de los Planes Productivos, Comercial y de Difusión de la Canasta. Principalmente, destacaron el trabajo de fortalecimiento organizacional de la Canasta, pues la distribución de roles por comisiones al interior de los grupos permitió compartir responsabilidades y, además, especializar a las socias en base a sus propias habilidades.
Por su parte, Bella Silva Maliqueo, representante de la agrupación Pu Zomo Lafken Mapu de Carahue, enfatizó que: “Si bien en el primer proyecto de la Canasta nos costó trabajar como grupo, en este segundo proyecto ya estábamos más afiatadas y lo pudimos sacar adelante. El primer proyecto nos costó más ya que muchas de las asociadas no sabían de internet, de Meet ni Zoom, y todas esas cosas las aprendimos con el primer proyecto y en esta segunda fase lo reforzamos. También nos costó harto la venta de las Canastas, ya que el trabajo acá en Carahue es distinto, tenemos mucha frutería, verdulería y campesinos que van a vender sus productos. Entonces era distinto el comercio de una Canasta, pero aun así pudimos venderlas y nuestros clientes se fueron contentos. Además, hemos difundido con los clientes que nuestra Canasta es un producto sin químicos, lo que le da un valor agregado”.
Durante el desarrollo de la reunión la Contraparte Técnica analizó con las asistentes aspectos relacionados con los talleres virtuales impartidos, los ejercicios de cálculos de costo, la organización interna de cada grupo, el apoyo técnico recibido en terreno como también las proyecciones de la iniciativa. Sobre las proyecciones, las Coordinadoras plantearon que: “Seguiremos trabajando en la venta de Canasta utilizando todas las herramientas que nos entregaron en los talleres de capacitación online y el acompañamiento que nos hicieron de manera presencial. Además, postularemos a nuevos proyectos para seguir avanzado en la comercialización de nuestras Canastas, basada en la producción agroecológica de las pueblas de mujeres rurales campesinas e indígenas”.
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