Por Leopoldo Ramírez, director ejecutivo Vertebral
El Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre, es promovido por la Federación Mundial de la Salud Mental y cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una instancia para crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos en apoyo de esta fundamental materia.
Este es un tema especialmente sensible en la educación superior. Un estudio publicado en forma relativamente reciente, liderado por la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso, reveló cifras altamente preocupantes: el 74% de los alumnos que cursa una licenciatura o un programa técnico presenta sintomatología depresiva “moderada a severa” como resultado de estudiar en un contexto caracterizado por cuarentenas y restricciones a la movilidad para prevenir la propagación del Covid-19.
En el Consejo de Rectores de Vertebral hemos observado este asunto con especial cercanía, pues hemos constatado con las propias autoridades directivas de las diferentes instituciones de educación superior el alza en la manifestación de inquietudes a las unidades de Asuntos o Desarrollo del Estudiante, demandando apoyo en temas relativos a la salud mental. Asimismo, han sido las propias casas de estudios que, a partir de los diagnósticos elaborados internamente, han diseñado acciones a los problemas identificados.
Es fundamental hoy, más que nunca, contar con metodologías y herramientas que estén a disposición de las comunidades educativas para brindar contención transversal y homogénea, sin distinción, a estudiantes y colaboradores –incluyendo naturalmente a los docentes– que requieran apoyos concretos en momentos que todavía transitan por la incertidumbre que sigue propiciando la pandemia.
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