La Dra. Marianela Denegri, junto a los investigadores Mg. Luis Castellanos y Mg. Francisca Silva, profesionales pertenecientes al Centro de Excelencia en Psicología Económica y Consumo, CEPEC-UFRO, desarrollaron el estudio denominado “Informe sobre condiciones laborales, temores hacia el COVID-19 y satisfacción vital en profesionales de la Psicología en Chile”, cuyo contenido es un análisis de la realidad laboral, social y emocional del gremio.
Para la Dra. Denegri, directora del CEPEC y Vicepresidenta Nacional del Colegio de Psicólogas y Psicólogos de Chile, este trabajo es un aporte, ya que “nos proporciona importantes insumos acerca de la situación real de la profesión en Chile, sus dificultades salariales y de condiciones contractuales y cómo, al igual que toda la población, se vieron especialmente afectados por la pandemia COVID 19 y a pesar de ello, el gremio se alineó para atender profesionalmente a los afectados y sus familias. Este diagnóstico nos proporciona información relevante, tanto para el ámbito de la formación en psicología, como para la defensa gremial de los derechos de los/as profesionales. En este sentido, además, es una muestra del compromiso de la Universidad de La Frontera a través del CEPEC con la vinculación con el medio y la importancia de las alianzas estratégicas con actores relevantes de la sociedad, como es el Colegio de Psicólogas y Psicólogos de Chile”.
La investigación, desarrollada asociativamente entre el Colegio de Psicólogas y Psicólogos de Chile, con su Comisión de Formación y Condiciones Laborales y CEPEC UFRO, busca dar cuenta de la situación sociodemográfica, laboral y de bienestar de los/as profesionales del área, información que se convierte en un dato de alta relevancia, tomando en cuenta que el último estudio de similares características, fue realizado hace más de dos décadas.
Considerando esta situación y la falta de datos actualizados sobre la realidad del gremio, se hace necesario entonces, la actualización de los datos, sumado además al factor Covid-19, que pasó rápidamente de ser una crisis sanitaria a una multidimensional, tensionando el quehacer laboral y la vida familiar y con ello impactando en la salud mental de la población y también en la de los/as profesionales encargados de su atención, en este caso, las psicólogas y psicólogos.
La muestra base de este estudio, consideró a los 59.966 profesionales inscritos en el registro nacional de prestadores de salud del Ministerio de Salud, hasta marzo de 2019, alcanzando una muestra de 1075 participantes con un 99% de confianza y un 4% de error. De este total, el 43% de los encuestados declaró ser soltero/a, 26% casados/das; en convivencia civil, separados/as, divorciados/as, vuidos/as, con 2.8%, 2.7%, 4.5% y 0.8%, respectivamente y el promedio etario fue de 37.82 años.
PRINCIPALES RESULTADOS
Sobre la distribución geográfica, el 44,3% declara residir en la Región Metropolitana, dato que es analizado en este estudio como consonante con la centralización del mercado laboral en la capital.
En cuanto a remuneraciones, el 54.9% declara percibir ingresos cuyos montos no superan el millón de pesos y el 5%, sobre tres millones de pesos mensuales. Se añade, además, que los ingresos de los hombres son estadísticamente superiores al que perciben las mujeres, existiendo una brecha salarial importante entre ambos sexos.
Las áreas de desempeño profesional se concentran principalmente en el ámbito clínico y educacional y más del tercio de la muestra se desempeña a honorarios como condición laboral contractual.
SALUD MENTAL Y PANDEMIA
A raíz del confinamiento intermitente asociado a la crisis sanitaria, un número importante de los y las profesionales encuestados (64%), declaró haber realizado actividades de intervención con víctimas directas o indirectas de la pandemia, dato analizado desde la importancia para la atención en salud mental de la población, realizando 4 principales actividades profesionales durante esta pandemia: acompañamiento psicológico, práctica clínica, psicoeducación e intervención en crisis.
Cabe señalar, que también el 44,2% de los encuestados, declara que la pandemia les afectó directamente, ya sea agudizando dolencias anteriores o haciendo aparecer otras nuevas; ello demuestra la fragilidad y vulnerabilidad de los/as profesionales que tienen la responsabilidad de atender la salud mental de la población, incluso cuando su propia salud ha sido afectada.
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