El equipo de Ginecología y Radiólogos intervencionistas locales, son los únicos en el país en realizar esta intervención conjunta en forma protocolizada y rutinaria, que evita una hemorragia en mujeres con placenta acreta, disminuyendo el riesgo de muerte durante la intervención por cesárea.
Evitar que el momento de dar a luz se transforme en una emergencia obstétrica y ponga en riesgo la vida de la madre o de quien está por nacer, es el principal objetivo de la instalación del balón de reanimación endovascular (Reboa) que es, básicamente, un globo que se infla llenándolo de líquido para que actúe como tapón transitorio en la zona de la arteria aorta al momento de retirar el feto, eliminando la posibilidad de un sangrado anormal durante el procedimiento, en mujeres con cesáreas de alto riesgo por placenta acreta.
La placenta acreta “es un problema con la implantación de la placenta, la cual ha emigrado más allá de las paredes del útero, haciendo compleja su separación, lo que puede llegar a provocar una peligrosa hemorragia, debiéndose extraer este órgano quirúrgicamente durante una extensa cirugía, que puede incluso llegar a la histerectomía total, como fue el caso de esta paciente”. Explicó el Dr. Marcos Tapia, jefe del equipo de Radiología Intervencionista del Hospital Hernán Henríquez Aravena, uno de los pocos centros en realizar este tipo de procedimientos en el país.
Únicos en el país en realizar esta intervención
Esta técnica vanguardista, según explicó el Dr. Tapia, sólo se realiza en el Hospital de Temuco “A nivel nacional, tanto en el área pública como privada, somos los únicos en hacer este tipo de intervenciones en cesáreas como parte de un protocolo; por lo tanto, lo que se está haciendo acá es generar evidencia de que esto sirve y es algo que, localmente, está bien aceptado ya que entrega un rango de seguridad muy grande para la paciente”.
Para la ejecución de esta cirugía, se realiza un trabajo multidisciplinario, dado que llegan al pabellón de radiología, anestesistas, ginecólogos; neonatólogos, que habilitan una sala para el recién nacido, equipos técnicos y humanos que trabajan coordinadamente con los radiólogos intervencionistas, existiendo toda una logística que permite llevar a cabo el parto en las mejores condiciones de seguridad para la madre y su bebé.
Para el Dr. Tapia, la importancia de la intervención con balón “es que aporta dos aspectos específicos. En lo inmediato, bajar la hemorragia al dejar este tapón transitorio que se infla una vez que se va a sacar al feto, evitando el sangrado porque deja sin flujo en forma transitoria la circulación del útero, en segundo lugar, porque da una ventana de terapia sin flujo de sangre por cerca de 30 minutos, permitiendo a los ginecólogos, hacer una cirugía con un campo que no está inundado de sangre, que está con control de daños y allí ellos determinan si hacer una histerectomía total o subtotal. Un segundo apoyo que puede brindar este pabellón es poder complementar la cirugía con una terapia endovascular definitiva, cuando el riesgo de sacar toda la placenta es muy grande, por el grado de invasión a las estructuras vecinas, se puede cerrar el útero o lo que no se pueda extraer, aún con restos de placenta e ir a un tiempo que se llama embolización, que es tapar con esferas plásticas especiales, las arterias que nutren el tejido adherido y no se han podido retirar por cirugía”.
Por su parte el equipo ginecológico, liderado en esta ocasión por el Dr. Marcelo Aguayo, gineco obstetra del Servicio Materno Fetal del HHHA, destacó que para ellos esta intervención con el balón tiene ventajas significativas “Cuando hay compromisos de la placenta que infiltra el musculo uterino, muchas veces no es posible sacar la placenta y eso genera hemorragia, al utilizar esta técnica de balón se cohíbe este sangramiento en el período más crítico de la cirugía, de tal manera que uno puede operar con tranquilidad, sin mucho sangrado y eso, sin duda alguna, disminuye los riesgos y las complicaciones posteriores”.
Según las estadísticas, el índice de placenta acreta, aumenta en directa proporción a la cantidad de cesáreas, que en definitiva es una cicatriz, entonces cuando una placenta se implanta, puede aumentar el riesgo en esas pacientes de hacer estas anormalidades que se pesquisan durante el control de embarazo y se transforman en parto de alto riesgo.
En el Hospital, desde el año 2017, 18 mujeres han sido intervenidas con esta técnica quirúrgica y endovascular combinada, las últimas 6 de ellas con el uso de este balón aórtico especializado, que también tiene la particularidad de que puede ser usado en cualquier cirugía o trauma que provoque un sangrado importante, desde la región de las arterias renales hacia abajo; por ejemplo, un poli traumatizado con fracturas de pelvis y hemorragias, se beneficia de este dispositivo que permite controlar la hemorragia y la posibilidad de una cirugía con menos contaminación de sangre del campo quirúrgico.
Por ello el director del HHHA, Heber Rickenberg Torrejón, destacó el trabajo multidisciplinario en este tipo de cirugías indicando que “cirugías de esta naturaleza nos pone a la vanguardia en este tipo de intervenciones, lo que da tranquilidad a nuestros equipos médicos, pero especialmente a nuestros usuarios y sus familias”.
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