En el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe Militar, en la sede de la DRT fue instalada una placa que recuerda a José Díaz Toro, ejecutado en octubre de 1973 y cuyos restos no han sido contrados.
La Dirección Regional del Trabajo (DRT) rindió este martes un homenaje al obrero agrícola José Díaz Toro, dirigente sindical de la estación experimental agraria Carillanca, detenido desaparecido desde octubre de 1973.
El homenaje realizado en el contexto de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado consistió en la instalación de una placa con su nombre en el salón de capacitación de la dirección regional.
Junto con el descubrimiento de la placa conmemorativa se realizó un conversatorio sobre memoria y futuro con los dirigentes sindicales y autoridades asistentes a la actividad, en la que también participaron familiares del desaparecido sindicalista.
En el encuentro expusieron la directora regional del Trabajo, Carolina Ojeda; el seremi de Cultura y Patrimonio, Eric Iturriaga; la seremi del Trabajo y Previsión Social, Claudia Tapia; el director regional del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Federico Aguirre; la presidenta regional de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Elsa Almonacid, y la presidenta de Federación de Sindicatos del Retail (Fesir), Ana María Tenorio.
Carolina Ojeda dijo que “fue tremendamente emotivo para nuestro Servicio poder realizar este homenaje y, por cierto también, hacer un llamado a las organizaciones sindicales a que puedan replicar este tipo de instancias, haciendo un llamado, precisamente, a poder cuidar la democracia, entendiendo que la memoria es democracia y es, sin duda, futuro”.
Su ejecución y desaparición
José Díaz tenía 29 años de edad, estaba casado y tenía un hijo cuando fue detenido el 29 de septiembre de 1973 por carabineros de la entonces Tenencia de Cajón, en la zona de Vilcún.
Junto con él, pero en operativos separados y entre el 1 y 2 de octubre de 1973, fueron detenidos los también trabajadores de la estación Carillanca José Conejeros Troncoso (32) y Juan Rodríguez Escobar (34).
Según el Informe de la Comisión Rettig, los tres obreros fueron ejecutados el 2 de octubre de ese año, lo que no fue conocido por sus familiares sino hasta febrero de 1974 cuando debieron concurrir hasta el regimiento La Concepción de Lautaro. En el recinto militar se les entregaron los certificados con fechas de defunción del ya mencionado 2 de octubre. Sus cuerpos, sin embargo, no fueron entregados y aún permanecen sin ser hallados.
El informe oficial del Estado chileno señala que “habiéndose acreditado las detenciones y constado sus muertes violentas ocurridas el mismo día o poco después de ello, a esta Comisión (Rettig) le asiste la convicción que la detención, ejecución y ocultamiento de los cuerpos de José Conejeros, Juan Rodríguez y José Díaz fue de responsabilidad de agentes del Estado quienes así violaron sus derechos humanos”.
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