Los discursos son declaraciones de intenciones. Distinto es ver cuànto se plasma en la realidad de lo planteado.
En esa línea, valoro que el Presidente haya reiterado que en la Macrozona Sur hay actos terroristas, pero sigo echando de menos una estrategia antiterrorista para enfrentar a las orgánicas radicales. Tampoco abordó una defensoría a víctimas de la violencia y el perfeccionamiento del sistema de inteligencia queda postergado. Mientras no haya real voluntad de enfrentar el problema, no habrá avances.
Destaco sí, el aumento de la capacidad del sistema penitenciario que anunció el Mandatario, porque es fundamental para enfrentar el incremento del crimen organizado en el país.
No comparto la visión del Presidente de que la economía va bien encaminada y que hay avances en salud y educación. Se acaba de conocer el Imacec de abril de -1,1% interanual y es la tercera caída consecutiva, dando cuenta del deterioro de la actividad económica, que se suma al incremento del desempleo.
En materia de educación, la enseñanza pública está en el suelo, sin que hasta ahora exista una estrategia para sacar al sistema del pozo en el que está. Lo mismo ocurre con la salud. Se mantiene la incertidumbre de qué ocurrirá con las isapres y la necesidad de mantener un sistema público y privado integrados y colaborativos.
A su vez, el Presidente no puede pretender que gran parte de lo que ha anunciado quede supeditado a una reforma tributaria para financiarlo, cuando hoy lo central es lograr que la economía vuelva a crecer, ya que seguir aumentando impuestos no hará más que frenar la recuperación.
Hay muchos pendientes en este primer año de gestión. Espero que en este segundo año se pueda avanzar, y que ese avance sea en la dirección correcta.
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