El incidente tuvo lugar en febrero del año pasado en la villa San Andrés, donde la mujer, tras administrar sedantes a sus hijos, provocó un incendio en la vivienda al prender fuego a un sillón en el área del living-comedor. La acusada cerró puertas y ventanas, abrió la llave de la cocina a gas y utilizó elementos inflamables, como trozos de coligüe y un paño con acelerante. Se encerró con los niños en el dormitorio principal mientras las llamas se propagaban.
Un vecino, alertado por el fuego, ingresó a la vivienda y logró rescatar a los niños ilesos, evacuándolos por una ventana. Con la colaboración de otros vecinos, controlaron el incendio que causó daños en la cocina.
El fallo, unánime, impone además al acusada la obligación de participar en un programa terapéutico o de orientación familiar, con instrucciones de oficiar a las instituciones responsables de dichos programas bajo sanción legal.
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