Vicepresidente del Senado expone sus expectativas sobre la Comisión para la Paz, y recalca que “no es para diagnósticos”: “Todo eso ya se ha hecho (…) es para proponer un camino posible de solución política”

El senador Huenchumilla manifestó claridad respecto del rol que, a su juicio, la futura Comisión debe cumplir: pidió que la instancia “tenga el suficiente respaldo, y una composición política potente, para que pueda proponer al país una solución política, porque lo que yo entiendo es que esta comisión no es una comisión que va a negociar, o que va a dialogar, ni tampoco un diagnóstico. Todo eso ya se ha hecho”, aseveró.

En entrevista con EmolTV, el vicepresidente del Senado y senador Francisco Huenchumilla abordó sus expectativas sobre la Comisión para la Paz, órgano que debería proponer una solución definitiva al conflicto de la Macrozona Sur, en base a la devolución de tierras ancestrales del pueblo mapuche.

Según lo comprometido por el presidente Gabriel Boric, la instancia estaría operando a fines de marzo, pero declaraciones de personeros de gobierno afirman que en la Cuenta Pública de este 1 de junio “habrá novedades”.

En primera instancia, el legislador planteó: “yo creo que el camino es un camino político. Una mezcla entre el Plan Buen Vivir, para terminar con la pobreza, y que La Araucanía pueda salir adelante en ese rubro; el funcionamiento de las instituciones como los Tribunales, y lo que se está haciendo (en temas de seguridad), pero lo central es un camino político”, enfatizó.

“Composición política potente”

El legislador dijo esperar que esta Comisión “tenga el suficiente respaldo, y una composición política potente, para que pueda proponer al país una solución política, porque lo que yo entiendo es que esta comisión no es una comisión que va a negociar, o que va a dialogar, ni tampoco un diagnóstico. Todo eso ya se ha hecho”, indicó el parlamentario.

Para Huenchumilla, lo ideal es que “en virtud de todo lo acumulado, (la Comisión) sea para proponer un camino posible de solución política, atendida la realidad que vive el estado chileno en esa zona, desde hace unos 140 o 150 años”.

“Es un tremendo problema el que tenemos, porque el núcleo central es que ahí hay una petición del pueblo mapuche, y tenemos un sistema democrático en que la violencia es excluida, dentro de nuestra convivencia”, agregó el legislador.

El parlamentario enfatizó, finalmente, que “tenemos un problema histórico, para que la democracia funcione y donde no aceptemos la violencia; sino que funcione la racionalidad, la discusión, y encontremos una solución de estado definitiva”.

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