Con la finalidad de fiscalizar el avance del proyecto “Recuperación Mercado Municipal de Temuco”, a cargo de la Municipalidad de Temuco, la Contraloría General de la República realizó una auditoría y examen de cuentas para determinar el nivel de cumplimiento de esa entidad con las exigencias establecidas.
El informe final N° 400/2023 estableció el nulo avance de las obras en el periodo desde junio de 2022 hasta febrero de 2023, donde el promedio mensual de avance alcanzó sólo el 0,78%, en circunstancias que, para los meses de junio y julio de 2022, se programaba el avance mensual de 8,14% y 5,53% respectivamente.
Se comprobó que el avance físico-financiero a partir de junio de 2021 comenzó a disminuir, dando espacio para que se registraran avances en 0% durante cuatro meses, lo que se dio específicamente en octubre, noviembre y diciembre de 2022 y enero de 2023.
Además, relacionado a las instalaciones de madera laminada y hormigones con terminación a la vista, la Contraloría verificó que presentan defectos ocasionados producto de la prolongada exposición de los materiales en la intemperie, tales como manchas por escurrimiento de agua, degradación superficial y crecimiento de moho en su superficie.
Todas estas situaciones se encontraban, además, sin cursar las multas a la empresa que se adjudicó la licitación, la Constructora Andes y Compañía Ltda. Dichas demoras han impedido que el municipio haya aplicado descuentos por la suma de $349.378.260.
Por ese motivo, la Contraloría otorgó un plazo de 15 días a la Municipalidad de Temuco para que efectúe el descuento de las multas en cuestión a la empresa responsable. De lo contrario, vencido el plazo sin que se haya aclarado o bien no se hayan tomado medidas para regularizar la situación, se formulará el reparo por el total de la deuda.
Solicitud de nulidad a contrato extrajudicial
En el mismo informe, la CGR constató que el municipio de Temuco aprobó un aumento de plazo de 351 días corridos y una suma superior a los $412 millones de pesos; contrato extrajudicial que no se ajustó al derecho en lo que respecta a su contenido. Por ese motivo, la Contraloría envió este antecedente al Consejo de Defensa del Estado, para que este servicio evalúe la nulidad respecto a la transacción en cuestión.
Antiguamente, el Mercado de Temuco era un bullicioso centro de comercio y encuentro social. Los vendedores ofrecían artesanías exclusivas y productos frescos, los lugareños regateaban y compartían historias, y el aire estaba impregnado de aromas de platos de la zona y especias. Hoy yace húmedo y descascarado, y el abandono está dejado su huella envuelta en un silencio melancólico. Si la idea era dejarlo botado, por último hubieran cubierto la estructura con una lona para que no se deteriore. ¿Cuántos corazones se rompieron aquí? ¿Cuántas risas y lágrimas se compartieron entre los locales, en tiempos pasados? La gente extraña su Mercado. Los abuelitos cuentan historias. Incluso circula un mito rubano de que lo dejaron abandonado por un fantasma del siglo XIX que anda penando Le han puesto hasta nombre, «Lord Percival». Cuentan que deambula como una figura etérea, apenas visible entre las sombras. Su vestimenta refleja una moda victoriana: un sombrero aovado, de ala pequeña y abarquillada, una larga capa negra, y un bastón de madera gastado. Dicen que su rostro pálido y ojos tristes parecen cargar con la nostalgia de días pasados. Lo han visto deslizarse en los espacios vacíos, entre los pilares, quizá recordando los momentos de alegría y tristeza que una vez llenaron los antiguos pasillos. El crujido de la estructura de madera en las tardes oscuras, nubladas y lluviosas parece resonar con los ecos del pasado. El aroma a hollín vehicular de las calles aledañas se mezcla con el olor a madera podrida y descuidada. Dicen que a veces han visto al fantasma sollozando, pero que nadie esté allí para escuchar sus penas. Si es verdad tanta historia, observa su soledad con una lentitud inexorable, como si el tiempo mismo se hubiera detenido en ese lugar. En la penumbra se funde con las sombras, y su figura se desvanece poco a poco. Algunas personas que han caminado de noche en cayes aledañas, cuentan que a veces oyen suspiros y susurros en el viento que se cuela en la estructura mohosa. Claro, son sólo rumores, pero como está ahí pudriéndose a la intemperie, no deja lugar a otra cosa…