Esta condición climática podría agravar la crisis hídrica que atraviesa el país. De ahí, que para Greenpeace resulta urgente “que las autoridades y la población en general adoptemos medidas para cuidar el agua que tenemos”, dice Silvana Espinosa, vocera de la organización.
Este martes 26 es el Día Mundial del Clima y no podemos desconocer que el mundo está viviendo una crisis climática sin precedentes y en Chile, una de sus manifestaciones más clara es la crisis hídrica. Este invierno, además, se avizora más crítico en comparación con el año pasado. ¿La causa? la falta de lluvias provocada por el fenómeno de La Niña.
La Niña es parte del ciclo climático natural del planeta y su principal característica es que reduce la temperatura del agua del Océano Pacífico por debajo de su promedio. Esto, a su vez, deriva a una menor ocurrencia de lluvias y en una baja en la temperatura ambiente en general”, cuenta Silvana Espinosa, vocera de Greenpeace. “Y dado el contexto actual, que llueva menos, solo agrava la crisis hídrica que atraviesa nuestro país”, concluye la especialista.
Como ejemplo, para este año, desde el Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología de la Universidad de Talca, proyectan que en la Región del Maule caerán entre 250 y 300 milímetros de lluvia, en comparación a los 700 mm que caen en una temporada normal.
“El clima se vincula directamente con los ciclos hidrológicos, por lo que tiene un efecto en la disponibilidad de agua. En el caso de La Niña, que trae menos lluvias, supone impactos que nos invitan a revisar la forma en la que nos relacionamos con el agua, enfatizando en su cuidado y entendiendo que es un elemento escaso en nuestro país. De ahí que resulta urgente que las autoridades y la población en general adoptemos medidas para protegerlo”, reflexiona la vocera de Greenpeace.
El año pasado las lluvias fueron generosas, lo que logró que cauces que se encontraban secos recuperaran parte de su caudal, como fue el caso de la Laguna de Aculeo, una zona fuertemente intervenida por desvíos y explotación de aguas subterráneas. Sin embargo, ese nivel de precipitaciones podría no repetirse esta temporada. “Esto nos deja, nuevamente, en una condición de riesgo hídrico”, agrega Espinosa. De ahí, que el llamado de la organización sea a generar acciones para la protección del recurso. “Para empezar, Chile requiere urgente un cambio en el modelo de gestión del agua. El 16,8% de las comunas del país se encuentra bajo decretos de escasez hídrica, que a febrero de 2024 afectaba al 9% de la población. Esto es equivalente a 58 comunas y más de 1.500.000 de personas. Y según Fundación Chile, el 44% de esta escasez se debe a la ineficiente gestión y gobernanza hídrica. Si no se hace algo pronto, ese panorama podría agravarse”, ejemplifica.
En cuánto a las personas, Espinosa explica que su aporte se relaciona con el cuidado de la naturaleza y nuestra biodiversidad. “Una evidencia del estrecho vínculo entre clima y agua nos lo otorgan los humedales. Éstos funcionan como reguladores climáticos que además de ser reservorios de agua, dependen de ésta para su existencia, al igual que todas las especies presentes en ellos. De ahí, que sea nuestro deber exigir a las autoridades su protección, adhiriendo a actividades de preservación, mejorando nuestra educación ambiental y usando las herramientas jurídicas que nuestro sistema nos otorga para generar presión sobre su conservación”, asegura.
En este sentido, Espinosa destaca que Greenpeace está llevando a cabo la campaña “Aculeo Humedal”, que busca que se declare humedal urbano a esta laguna. “Este es un ejemplo de que comunidades, municipios y la población en general, se pueden poner de acuerdo para exigir a la autoridad central que se pronuncie sobre el cuidado de nuestra naturaleza”, sentencia. Para sumarte a esta iniciativa, puedes firmar en www.aculeohumedal.
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