Día de la Madre: ser mamá, trabajar y no fallar en el intento
El Día de la Madre es una fecha llena de afecto y reconocimiento, pero que nos recuerda que muchas mujeres viven con la exigencia de conciliar el trabajo y la maternidad. En Chile, la legislación establece un postnatal parental de hasta 24 semanas (12 semanas postnatal, más 12 semanas de permiso parental para la madre o el padre), y aunque este avance es positivo, el retorno al trabajo está cargado de emociones contradictorias: culpa, ansiedad, cansancio y desconexión. Se trata de uno de los momentos más sensibles de la vida laboral de una madre. Muchas enfrentan una presión invisible por “volver con todo”, como si los meses fuera del trabajo hubiese sido un descanso y no un período intensamente exigente desde lo físico y emocional. Es en este punto donde las organizaciones tenemos una enorme responsabilidad. El acompañamiento real comienza con escuchar, entender que no todas las madres viven el retorno de la misma forma y con ofrecer medidas concretas como horarios flexibles, un regreso progresivo o apoyo psicosocial. Esto no solo favorece el bienestar de la madre, también fortalece la cultura organizacional y retiene talento. A quienes se enfrentan a este desafío, existen algunas recomendaciones simples, como organizar rutinas con metas alcanzables, buscar una red de apoyo, mantener una comunicación abierta con la jefatura y priorizar el autocuidado. No todos los días serán productivos y eso está bien. Ser mamá y trabajar no es una competencia por la perfección, es un equilibrio que se construye día a día.