El diagnóstico institucional —firmado por el gobernador René Saffirio— expone carencias estructurales, ausencia de perfiles de cargo, sobrecarga laboral, debilitamiento del liderazgo y altos niveles de riesgo en salud mental. Las cifras muestran un deterioro sostenido que la actual administración no ha logrado corregir.
La situación interna del Gobierno Regional de La Araucanía quedó al descubierto tras la publicación del Informe de Diagnóstico Institucional, un documento oficial que evidencia fallas profundas en la gestión interna, riesgos psicosociales elevados y una estructura laboral debilitada. El informe, firmado por el propio gobernador regional, detalla que todas las dimensiones evaluadas presentan riesgo no óptimo y que varias alcanzan niveles críticos.
Entre los hallazgos más graves del Gore, el diagnóstico acusa un 55,2% de riesgo alto en carga de trabajo, asociado —según el acta— a la “carencia de definición de perfiles de cargos (…) y los constantes cambios de jefaturas”.
Este punto es especialmente relevante: el Gobierno Regional no cuenta con una estructura clara de funciones, lo que deriva en sobrecarga, improvisación y dependencia de decisiones discrecionales.
La dimensión de salud mental es aún más alarmante. El documento identifica un 79,1% de riesgo no óptimo, uno de los porcentajes más altos registrados en servicios públicos de la región. En sus preguntas orientadoras, el propio informe cuestiona la capacidad institucional para responder a este problema: “¿Cómo puede el Gobierno Regional implementar estrategias efectivas para reducir el riesgo psicosocial y proteger la salud mental de sus trabajadores?”.
73,13% de riesgo no óptimo en reconocimiento y claridad de rol
62,69% de riesgo no óptimo en liderazgo
66,42% de riesgo no óptimo en inseguridad laboral
El documento señala expresamente que “no existe una instancia formal de retroalimentación (…) lo cual genera incertidumbre en los funcionarios” y que la ausencia de planificación adecuada es un factor que agrava el clima laboral.
Las conclusiones del grupo de discusión son igual de críticas: no hay perfiles de cargo, no existe una inducción real, falta capacitación adecuada, hay rotación constante sin criterios claros y existe temor frente a traslados o cambios de funciones. Todo esto está descrito en el acta como falencias que la administración actual no ha logrado resolver.
El informe también detecta riesgos relevantes en violencia laboral y acoso, con un 58,2% de riesgo medio, y advierte que los protocolos vigentes requieren actualización y mayor fiscalización.
Aunque el documento propone medidas para el PAC 2026 —como automatización de procesos, mejor definición de roles, fortalecimiento del liderazgo y mejoras en el bienestar laboral— las cifras reflejan un deterioro acumulado que la actual administración no ha revertido.
La crítica más fuerte que emerge del propio diagnóstico es estructural: el Gobierno Regional funciona sin una arquitectura interna que permita equilibrio de cargas, desarrollo profesional, claridad de funciones ni resguardo adecuado de la salud mental de su personal.
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