El régimen de Kim Jong-un abre las puertas del complejo Wonsan Kalma con la intención de dinamizar el turismo, aunque por ahora solo estará disponible para visitantes nacionales.
Corea del Norte ha dado un nuevo paso en su estrategia por diversificar su economía y proyectar una imagen renovada al mundo con la inauguración del resort Wonsan Kalma, situado en la costa este del país.
La apertura oficial, que se concretó el 1 de julio, ocurre seis años después de la fecha inicialmente prevista y busca atraer a turistas locales en primera instancia.
El complejo, que ocupa una franja de 4 kilómetros de playa, cuenta con capacidad para albergar a 20 mil personas y ofrece una variada infraestructura que incluye hoteles, restaurantes, centros comerciales y hasta un parque acuático, según detalló la agencia estatal KCNA.
Sin embargo, desde las agencias de viaje y turismo se muestran escépticos respecto al potencial del nuevo balneario para atraer turistas internacionales, afirmando que es poco probable que sea un gran atractivo para la mayoría de los visitantes occidentales. Pyongyang, la Zona Desmilitarizada y los monumentos políticos continúan siendo los principales puntos de interés.
Aunque Corea del Norte permite el ingreso de turistas extranjeros -quienes necesitan mucho más que un seguro de viaje para ingresar- estos provienen mayoritariamente de China y Rusia, países con los que mantiene fuertes lazos políticos y económicos.
La ciudad de Wonsan tiene un significado especial para el líder norcoreano Kim Jong-un, quien pasó parte de su infancia en la zona y donde la élite del país posee residencias privadas. Kim ha promovido en los últimos años la transformación de Wonsan en un símbolo de modernidad y desarrollo, pese a su pasado como campo de pruebas de misiles.
El líder norcoreano celebró la inauguración con una ceremonia oficial el pasado 24 de junio, en la que estuvo acompañado por su hija, Kim Ju Ae y su esposa, Ri Sol Ju, quien apareció en público por primera vez desde principios de año.
La presencia del embajador ruso Alexander Matsegora y de diplomáticos de Moscú destaca el estrechamiento de la relación entre Corea del Norte y Rusia, especialmente en el contexto de las recientes tensiones con Occidente.
Durante la pandemia, el país cerró completamente sus fronteras y sólo a mediados de 2023 comenzó a reabrir gradualmente para visitantes rusos y, brevemente, para algunos turistas europeos.
El ambicioso proyecto turístico llega en un momento en que Corea del Norte enfrenta severas sanciones internacionales por su programa nuclear y destina buena parte de sus recursos a mantener un vasto aparato militar y monumentos que refuerzan el culto a la familia Kim.
Además, la reciente reapertura de la línea ferroviaria de pasajeros entre Pyongyang y Moscú, tras cinco años de suspensión, podría facilitar la llegada de visitantes rusos al nuevo balneario, consolidando la relación bilateral y aportando posibles ingresos adicionales.
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