
La superficie de viñedos en la Región creció 587% en diez años, desmarcándose de la tendencia nacional a la baja y posicionando a La Araucanía como un polo emergente para vinos de calidad.
La vitivinicultura de climas fríos vive un momento clave en La Araucanía. Mientras a nivel nacional la superficie de viñedos ha disminuido en los últimos años, la Región registra un crecimiento explosivo: entre 2013 y 2023, las áreas destinadas a viñas aumentaron en un 587%, consolidando al territorio como una alternativa real para la producción de vinos de alta calidad.
Así lo explicó el académico del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción (UdeC), Dr. Ignacio Serra Stepke, experto en terroir y fisiología de la vid, quien ha sido testigo directo del desarrollo vitivinícola regional. “En La Araucanía hoy existen poco más de 100 hectáreas de viñedos, una cifra pequeña en comparación con otras zonas, pero muy significativa por su crecimiento y potencial”, señaló.
De acuerdo con el último Catastro Vitícola del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), en 2024 Chile contabilizó 126 mil 249 hectáreas de viñas, 7 mil 400 menos que el año anterior. En ese escenario, el caso de La Araucanía destaca como una excepción.
El Dr. Serra recordó que la vitivinicultura regional tuvo un primer impulso a fines del siglo XIX con la inmigración europea, aunque luego prácticamente desapareció. “Sin embargo, el renacer vitícola de La Araucanía comenzó a inicios de la década de 1990, con las primeras plantaciones en Traiguén, impulsadas por el enólogo Felipe Solminihac, quien vio que aquí podían darse condiciones ideales para vinos blancos de calidad y tintos de ciclo corto como el Pinot Noir”, explicó.
Según detalló el especialista UdeC, en esos primeros ensayos se trabajó con variedades adaptadas a climas fríos, como cepas provenientes de Francia y Alsacia, incorporando posteriormente Chardonnay, Sauvignon Blanc, Silvaner, Gewürztraminer, Pinot Noir y Merlot. “El Pinot Noir, por ejemplo, se adapta muy bien a zonas frías, a diferencia de otras cepas tintas que requieren más temperatura”, precisó.
Durante más de dos décadas, estas plantaciones se expandieron hacia comunas como Nueva Imperial, Perquenco, Capitán Pastene y Renaico, dando paso a una identidad vitivinícola propia. “Hoy La Araucanía se reconoce como una zona especial para la viticultura de climas fríos, con vinos que incluso han sido premiados a nivel nacional e internacional”, destacó Serra, mencionando que el Chardonnay Sol de Sol ha sido reconocido durante varios años como el mejor de Chile.
El desarrollo del sector también se vio fortalecido con el reconocimiento oficial de dos valles vitivinícolas por parte del SAG: Malleco y Cautín. “Estos valles presentan condiciones únicas, como suelos de origen volcánico y un clima mediterráneo con veranos más cortos, que hoy son una ventaja frente al cambio climático”, explicó el académico.
No obstante, el crecimiento no está exento de desafíos. El Dr. Serra advirtió que muchas plantaciones iniciales se realizaron sin un conocimiento profundo de los suelos y que factores como la baja acumulación de calor, las altas precipitaciones y las heladas primaverales pueden afectar seriamente la producción. “En algunos años, una helada puede significar la pérdida del 100% de la cosecha si no existen medidas de mitigación”, señaló.
A ello se suma la falta de tradición vitivinícola en la Región. “No existe aún un conocimiento amplio sobre el manejo de viñedos y los procesos de vinificación, por lo que la capacitación es una necesidad clave”, agregó el investigador, quien participó en la elaboración del primer reporte sobre vitivinicultura en La Araucanía para el libro Latin American Viticulture Adaptation to Climate Change, publicado por Springer.
Pese a estas brechas, el especialista UdeC se muestra optimista. “La Araucanía tiene mucho espacio para crecer, pero el desafío es avanzar hacia un encadenamiento productivo”, afirmó. “Cuando uno piensa en zonas como Bordeaux o La Toscana, no se trata solo de vino: hay gastronomía, cultura e identidad. Ese es el camino que también puede recorrer esta Región”.
Finalmente, el Dr. Serra subrayó que el posicionamiento vitivinícola es un proceso de largo plazo. “Se ha demostrado que se pueden hacer vinos de calidad mundial en el sur de Chile, pero hay que tener claro que es un trabajo que toma años para consolidarse”, concluyó.
Fuente: UdeC
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