Después de dieciséis años, dos de las cuatro figuras de madera (Chemamull) que se encuentran en lo alto del cerro Ñielol, fueron renovadas.
Para los que no saben, estas imponentes esculturas representan a los cuatro primeros padres en la cosmovisión mapuche; dos jóvenes y dos ancianos. Las figuras que aluden a los ancianos, casi no recibieron daño. Se mantienen aún firmes. En cambio, las que correspondían a los más jóvenes debieron ser renovadas. Se encontraban más adelante que la otra pareja por lo que se vieron más expuestos a las inclemencias de la lluvia, el viento y el pasado terremoto.
Si uno reflexiona un momento sobre lo sucedido a los Chemamull, podría hacer un paralelo con la situación que estos últimos años han sufrido muchos jóvenes mapuche. Alex Lemún, Matías Catrileo y Jaime Mendoza Collío, por mencionar sólo algunos, ofrecieron su vida por una causa que consideraban justa y la perdieron.
¿Cómo fueron concebidas estas esculturas?
Cristián Collipal, artista, músico, machi y autor de las esculturas de los jóvenes chemamul comenta que “Lo recibí a través de un sueño. En este aparecía un niño, estábamos en un lugar como con neblina y habían unas figuras de madera y él me preguntaba qué eran esas figuras y yo no sabía responderle bien qué eran. Me llamaron la atención las figuras así que empecé a investigar más. Hasta ese momento yo no conocía los chemamul y nunca había trabajado en madera. Pero de ahí en adelante comencé a trabajar con ese material, creando obras más tradicionales y otras más creativas. La idea detrás de los Chemamull, era reivindicar el trabajo escultórico del pueblo mapuche que estaba un poco perdido, porque estaba enfocado solamente a los rehues. La idea era volver a levantar un poco esta visión estética de la madera y eso es lo que tratamos de hacer con Jorge Ancán, que fue quien esculpió las figuras de los ancianos. Pero también tiene que ver con una cuestión espiritual y con reivindicar los espacios territoriales del pueblo mapuche”.
Los Chemamull, fueron recientemente inaugurados en una ceremonia donde asistieron amigos, familiares y admiradores de la trayectoria artística de Collipal. El acceso es liberado, así que cualquier persona puede ir y visitarlos. Incólumes, los jóvenes de madera de yerguen en el Ñielol marcando territorio, irrumpiendo en la ciudad, en lo urbano como diciendo “aquí estamos” representamos la reivindicación mapuche.
Fuente: Surco.cl
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