Jonathan Dunham de 37 años, oriundo de Oregon, luego de cinco años de caminar por Centroamérica y gran parte de Sudamérica, llegó a Chile para comenzar con la etapa final de su viaje, aunque en nuestra localidad pasó el Año Nuevo, sus pensamientos están dirigidos a completar su travesía que solo culminará cuando llegue a los más austral de nuestro continente o lo que el clima y su cuerpo le permitan.
Con su mochila a la espalda y Dios como su acompañante llegó a la iglesia Betania de Ercilla, el pasado domingo fue invitado a almorzar, pero se quedó para pasar un Año Nuevo, y descansar, preparando fuerza para lo que viene, “quiero aprovechar el buen clima llegar a Puerto Montt, conocer Chiloé y luego seguir a Chaitén, la Patagonia, y si puedo Punta Arenas.
Bioquímico de profesión, habla español casi perfectamente, palabras largas y complicadas le cuestan, pero al tercer intento, lo logra. Más de un año en México, dónde trabajó e hizo amigos le permitió conocer y acercarse a la cultura latina. Sus amigos mexicanos le regalaron un burro, que llamó “Judas”,un animal que cargó sus cosas por meses, fue su acompañante incondicional por mucho tiempo y varios países, hasta que en Brasil mordido por una serpiente venenosa, quedó nuevamente, solo con su Biblia y pensamientos. Pero, esta perdida no le hizo perder el rumbo, si no que lo fortaleció, para seguir adelante.
Como el cuenta, su paso por Venezuela un país, no exento de problemas, dónde la burocracia y migración del Estado de turno, lo sintió en carne propia. Con prohibición de salir del país al recordar comentaba Dunham ,“ viví durante meses en el pueblo más pobre del país, en el sector más olvidado de ese lugar, pero igual tuve amigos que me ayudaron”.
Nuestro país, ha sido uno de los más amigables, para este turista atípico, destaca las carreteras y el amplio uso de la tecnología. Su ruta principal, son las autopistas principales; pero, al llegar la noche busca un lugar seguro para pernoctar.
A pesar de todo, su objetivo es caminar en solitario, meditar estar en contacto con Dios. Aunque, sabemos que nunca más volveremos a verlo, pasó unos días de descanso y grata compañía con una familia ercillana.
"El gringo", ya se encuentra camino a la región de los Lagos, para finalizar con esa travesía que está marcando una una etapa muy importante en su vida.
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